¿Dolor de cabeza? Tus dientes pueden tener la respuesta

Más del 30% de la población española sufre dolores de cabeza y éste solo se considera crónico si sucede más de dos veces por semana y en un periodo de tiempo de más de dos meses. Este problema, que afecta a más gente de la que podríamos imaginar, puede tener su origen en diferentes factores y uno de ellos, sorprendentemente, es la salud bucodental.

El estrés, la tensión, el abuso de analgésicos, el esfuerzo físico, el cansancio o la ingesta de algunos alimentos o bebidas como por ejemplo el café, pueden ser los causantes de un dolor de cabeza que, normalmente, calmamos con algún medicamento sin prestarle mayor atención. Sin embargo, esto es un error. Es muy posible que éste derive de un problema que padecemos de manera más constante y que precisa de un tratamiento específico, como por ejemplo, una afección en nuestros dientes.

Lo más importante cuando sufrimos este malestar es, sobre todo, intentar descubrir qué es lo que lo está produciendo y, por supuesto, asistir a los especialistas adecuados. Muchas personas sufren dolor de cabeza a causa de problemas odontológicos pero si los dientes no les duelen tardan más tiempo en saber de dónde viene este dolor. ¿Qué es, realmente, lo que relaciona nuestra salud bucodental con el dolor de cabeza?

El bruxismo (hábito inconsciente de apretar los dientes), por ejemplo, afecta de forma notable a nuestra cabeza, pero no es el único. La malformación de nuestra boca también perturba a nuestro sistema nervioso y la disfunción temporomandibular (disfunción de la articulación dentro del maxilar), también puede perjudicarnos de forma notable.

Uno de los tratamientos contra el bruxismo más habituales son las férulas nocturnas de descarga que impiden que las dentaduras superior e inferior estén en contacto, evitando así que apretemos nuestros dientes. No obstante, como siempre recomendamos, tiene que ser el especialista odontológico quién haga un diagnóstico completo sobre la boca e indique al paciente qué es lo que le ocurre y qué tratamiento es el adecuado. No olvides que visitar a tu dentista de confianza es esencial y que, al menos, debes hacerlo un par de veces al año.