(Foto: Gtres)
El príncipe Harry y Meghan Markle suben un escalón más en su batalla contra la prensa británica. La pareja ha vetado a cuatro medios al no estar muy de acuerdo con las informaciones que publican sobre ellos. El veto afecta directamente al Daily Mail, Daily Mirror, The Sun y Daily Express, así como a sus filiales. Así lo ha transmitido la pareja en una carta remitida a otro rotativo, The Guardian, que por el momento queda excluido del veto.
Curiosamente, la pareja asegura en su misiva que esta medida no supone por su parte un rechazo a la libertad de información. Harry y Meghan consideran que los medios tienen todo el derecho a informar sobre ellos, pero cuestionan la veracidad de algunas de sus informaciones.
«No vamos a ser moneda para una economía de clickbait y distorsión» llegan a afirmar en un comunicado que supone la carta de presentación de su nueva oficina de comunicación. La pareja ha contratado los servicios de Sunshine Sachs para gestionar sus relaciones con los medios. Afincada en Nueva York, se trata de una prestigiosa casa de relaciones públicas especializada en situaciones de crisis de famosos.
Son conocidos sus trabajos en el pasado para numerosas celebridades de Hollywood afectadas por la «mala prensa». Leonardo DiCaprio, Natalie Portman, Bette Midler, Barbra Streisand, Jennifer Lopez o la familia de Michael Jackson han recurrido con éxito a sus servicios en el pasado.
Esta nueva polémica responde al revuelo formado tras las declaraciones de Harry al podcast Declassifed. No ha gustado nada que desde Los Ángeles, Harry afirma que la crisis del coronavirus en el Reino Unido «no es tan mala como se dice en algunos medios». Argumenta el príncipe que la gente que está confinada y ve determinados medios de comunicación tendrá «una sensación preocupante» de la situación. «Pero si estás fuera y en las plataformas correctas, realmente puedes sentir que el espíritu humano está en primera línea», argumenta Harry.
La imagen de la pareja en la opinión pública británica está por los suelos y las palabras de Harry no han sido interpretadas como él hubiera deseado. Más bien han servido para incendiar aún más las críticas hacia el gobierno de Boris Johnson. Tras salir del hospital, el presidente está recibiendo una dosis de realidad por minimizar los efectos de la pandemia y no tomar medidas para evitar miles de víctimas.
Harry y Meghan tratan de asentar las bases de su nuevo futuro en medio de un incierto presente. La crisis del coronavirus ha ralentizado sus planes solidarios. A estas alturas, ya tendría que estar en marcha su nueva fundación. Pero Archewell es más bien un proyecto hibernado a la espera del momento propicio para ver la luz. Mientras tanto, la pareja se ha dejado ver en Los Ángeles repartiendo comida. Acto solidario para LA’s Project Angel Food de la activista Marianne Williamson.
En su afán por ganarse al público local, visto que en Reino Unido el asunto es una quimera, la propia Meghan Markle ha pasado a la acción. Se espera con gran interés su aparición en uno de los programas de mayor audiencia televisiva de Estados Unidos. La cadena ABC lleva todo el fin de semana anunciando la presencia de la duquesa en Good Morning America. Una intervención para promocionar el documental Elephant, de Disney, en el que ha participado como narradora.
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