Son contadas las veces que en los últimos años hemos visto al príncipe Harry junto a sus hijos. Desde que se mudara a Estados Unidos en marzo de 2020, nunca más volvimos a ver al pequeño Archie, y en el caso de Lilibet solo tenemos una fotografía. Sin embargo, y coincidiendo con las celebraciones del 4 de julio en Estados Unidos, el príncipe Harry ha roto el hermetismo con sus hijos y no ha dudado en salir con ellos a la calle, y regalarnos unas tiernas fotografías junto a Lilibet.
Ya totalmente integrados en su vida estadounidense, los duques de Sussex han celebrado junto al resto de vecinos de Montecito el Día de la Independencia. Harry y Meghan salían a la puerta de su casa para ver la cabalgata del 4 de julio, y lo hacían acompañados de sus hijos, que se convirtieron en los grandes protagonistas de la jornada.
Mientras Meghan Markle enseñaba y contaba a Archie los detalles de la cabalgata, Lilibet no se separaba de su padre. La pequeña, de tan solo dos años, se cansaba de esperar de pie el desfile y le pedía a su padre que la cogiera en brazos, momento en el que pudimos observar el gran parecido que guarda con el príncipe Harry.
Al igual que éste, la pequeña Lilibet tiene la piel muy clarita y una bonita melena pelirroja, que llevaba atada con dos coletas, decoradas con un lazo. Lucía un bonito vestido de estampado floral en colores blanco y azul, de manga larga y cuello bebé, que combinaba con unos leotardos blancos y una manoletinas rojas.
La pequeña se agarraba fuerte al cuello del príncipe Harry, que trataba de pasar desapercibido con una gorra y unas gafas de sol.
Gracias a estas fotografías vemos, casi por primera vez, a la pequeña Lilibet, pues desde que llegara al mundo en junio de 2021, los duques de Sussex apenas han compartido dos fotografías de ella. De hecho, es la primera vez que vemos a la niña junto a su padre, y en una situación tan habitual, algo que con Archie pudimos ver en sus primeros meses de vida.
Con estas imágenes queda claro que Lilibet es el ojito derecho de su papá, que está perfectamente integrado en su nueva vida en Estados Unidos. Y es que mientras el príncipe Harry celebraba el Día de la Independencia, el resto de la familia real ultimaba en Edimburgo los preparativos de la segunda coronación de Carlos III en Escocia.
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