Meghan Markle salió de Londres a mediados de marzo, pero hay un tema judicial que aún sigue pendiente en la capital británica. Se trata de la demanda contra la empresa editora de The Mail On Sunday, el medio británico que se atrevió a publicar algunos pasajes de una carta manuscrita enviada por ella misma a su padre Thomas Markle en agosto de 2018. La duquesa de Sussex estima que la publicación fue un ataque manifiesto a su intimidad.
Los abogados de la actriz han tenido que presentar esta semana una serie de documentos ante el juez, en los que Meghan quiere demostrar la situación de acoso mediático que padeció durante los pocos años que vivió como miembro activo de la Familia Real británica.
Meghan Markle y sus abogados quieren hacer de este juicio una causa común contra la prensa británica, a la que ella misma y sobre todo su marido, el príncipe Harry, sitúan en el centro de los motivos por los que abandonaron sus funciones y comenzaron una vida nueva en Los Ángeles. En los últimos escritos presentados ante el tribunal británico que debe juzgar el caso, Meghan Markle argumenta que la gota que colmó el vaso fue la turbia salida de su asesora Melissa Touabti. Los medios revelaron que ésta abandonó su puesto tras una fuerte discusión en la que la actriz hizo llorar a la empleada de palacio.
Algo que se produjo a lo largo de unas intensas semanas en las que los medios publicaron la marcha de varios colaboradores directos de la pareja, algunos de ellos con una extensa trayectoria en palacio. Al ver publicadas las informaciones en las que no salían bien parados, habrían pedido ayuda a altos funcionarios en Buckingham. Pero según relatan los propios abogados, no habrían recibido amparo. Dice la prensa británica que desde palacio nunca se reprochan las informaciones que son ciertas.
En el proceso no se descarta que lleguen a testificar algunos amigos de la actriz que filtraron detalles de su vida a la revista People y de los que se hizo eco también el medio británico. Meghan Markle tendría identificados al menos a cinco amigos que habrían colaborado con el medio filtrando detalles de conversaciones privadas. Un círculo personal que no sale tampoco bien parado de este asunto y que se habría deteriorado en los últimos años.
Algo que no es nuevo para la duquesa de Sussex, que en los últimos meses habría puesto las bases de nuevas relaciones personales en Los Ángeles. Lejos por ejemplo de algunas amistades que hizo durante sus años en los platós. Como Jessica Mulroney, a la que acusa de haberse beneficiado de su relación con ella, sobre todo tras su boda con el príncipe Harry. La estilista canadiense y la actriz se habrían distanciado de forma irremediable, sobre todo tras conocerse algunos mensajes racistas realizados por la primera.
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