Como sabemos, la Familia Real Británica posee una gran cantidad de palacios, casas y mansiones distribuidas por todo Reino Unido. Varias importantes se ubican dentro de los terrenos del Castillo de Windsor y otras tantas están en la capital, que son las que repasamos aquí.
Es el palacio por excelencia y un emblema para la monarquía británica. Fue construido en 1703 y pasó a ser propiedad de la Familia Real Británica en 1761, cuando el rey Jorge III lo compró para la reina Carlota.
Tiene 775 habitaciones y en su patio principal tiene lugar cada dos días (o cada día en junio y julio) el cambio de guardia. También es conocido su balcón, desde el que los royals saludan en las bodas reales o disfrutan del Trooping the Colour.
Se encuentra en el centro de la capital, entre Saint James y The Green Park, y muy cerca de Downing Street, donde vive el primer ministro británico. Fue el palacio donde nació Carlos III y al que se mudará, previsiblemente en 2027, cuando acaben sus obras de reforma.
Mientras tanto el mandatario vive con la reina consorte, Camilla Parker-Bowles, muy cerca de allí, en Clarence House. La mítica mansión blanca, de tres plantas, fue construida a principios del siglo XIX por John Nash por encargo del duque de Clarence que en 1830 se convirtió en el rey Guillermo IV.
Sea como fuere se encuentra en The Mall, la calle que une Buckingham con Trafalgar Square, y ha sido el hogar de la pareja desde 2003. No en vano, el rey pasó allí los primeros cuatro años de su vida, hasta que su madre subió al trono en 1952.
Igualmente Carlos III le tiene gran cariño al edificio y siempre ha manifestado su reticencia a mudarse a Buckingham. En su interior se acumulan cientos de obras de arte y artículos antiguos que hacen de ella un auténtico museo.
Muy cerca de allí se encuentra Saint James Palace, donde vive Beatriz de York con su marido, Edoardo Mapelli. También vivió allí su hermana Eugenia antes de casarse con Jack Brooksbank y trasladarse a las inmediaciones del Palacio de Kensington.
El edificio fue construido en el siglo XVI por el rey Enrique VIII en la parcela de un hospital de leprosos. Actualmente alberga la sede de varias oficinas oficiales, sociedades y colecciones; así como la Capilla Real donde han sido bautizados, por ejemplo, los hijos de los príncipes de Gales. Es la residencia oficial de la princesa Ana cuando abandona su casa de campo, así como de la princesa Alejandra.
Otro de los palacios míticos de la Familia Real Británica es el de Kensington. Ubicado también en el centro de Londres, fue el hogar del príncipe Carlos y Diana Spencer tras su matrimonio en 1981. También vivieron allí el príncipe William y Kate Middleton hasta su reciente mudanza a Adelaide Cottage, dentro de Windsor.
El edificio cuenta con 20 habitaciones repartidas en cuatro alturas. Cuando se convirtió en residencia real, el arquitecto Christopher Wren amplió la estructura existente añadiendo varias «cabañas» que también han tenido inquilinos reales. Son tres.
Fue el hogar del príncipe Harry desde 2013 y el de Meghan Markle después de que ambos anunciaran su compromiso en 2017. Vivieron allí hasta 2019, cuando se mudaron a Frogmore Cottage (en Windsor) a punto de dar la bienvenida a su primer hijo, Archie.
También los actuales príncipes de Gales vivieron inicialmente allí tras su boda. Se trasladaron al Palacio de Buckingham cuando su primogénito, George, tenía unos meses.
En cuanto a sus características, es una casa de una sola planta de unos 120 metros cuadrados, con dos habitaciones, un baño y un pequeño jardín. Según manifestaron Harry y Meghan en su documental para Netflix, era una casa pequeña con techos bajos con los que Harry se golpeaba continuamente la cabeza.
Al lado de Nottingham Cottage se encuentra Ivy Cottage, hogar de Eugenia de York y Jack Brooksbank desde abril de 2018. A finales de 2020 pasaron unas semanas en Frogmore Cottage y en 2022 anunciaron que habían vuelto a establecer su residencia en la propiedad y dividirían su tiempo entre Londres y Portugal.
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