Así ha sido el primer año de Lilibet Diana, la princesa de los Duques de Sussex

Lilibet Diana comparte el nombre de su difunta abuela y el apodo de infancia de su bisabuela. En su primer año de vida, la hija más pequeña de el príncipe Harry y Meghan Markle ha tenido demasiado protagonismo. A pesar de los intentos de sus padres por preservar su intimidad, la pequeña ha protagonizado sin saberlo algunos de los momentos más llamativos de la reciente vida de sus padres. Su madre no dudó en aparecer embarazada de ella en aquella polémica entrevista con Oprah Winfrey en la que conocimos los motivos por los que los Duques de Sussex abandonaron Londres.

En aquella ocasión escuchamos como uno de los motivos esgrimidos por la pareja fueron los supuestos comentarios racistas que escucharon de algún familiar en Buckingham. Según ellos, se cuestionó el color de piel de los hijos de ambos, que podría haber sido más cercano a los rasgos afroamericanos de la madre.

Sus padres han sido muy celosos de la imagen de Lilibet Diana

La pequeña Lilibet Diana ha salido con un parecido más que razonable a su padre cuando tenía su edad. Las fotos del príncipe Harry en brazos de la princesa Diana atestiguan el enorme parecido con su hija, tanto en el color de pelo como en las expresiones faciales.

Lilibet nació 4 de junio de 2021 en un hospital de Los Ángeles. Sus padres tardaron seis meses en difundir una imagen suya. Fue en la foto familiar en la que los Sussex aparecen con sus hijos para felicitar la Navidad pasada. Era hasta ayer lunes el único documento gráfico de la pequeña. 

La pequeña tiene el pelo rojizo como su padre

El pelo rojizo, igual que su padre y su hermano Archie, fue captado en pleno cumpleaños por el fotógrafo amigo de la pareja Misan Harriman. El encargado por cierto de difundir las instantáneas al mundo a través de su cuenta de Twitter. Lilibet Diana viajó finalmente a Londres con sus padres para que el núcleo más importante de la familia del príncipe la conociera, un año después de su nacimiento.

Aprovecharon la invitación para participar en el Jubileo de Platino de Isabel II para celebrar además una reducida fiesta de cumpleaños en la que las ausencias fueron la nota predominante. 

Por cierto, el padre de Meghan Markle, Thomas, aún no conoce a sus nietos a pesar de residir a escasos kilómetros de Montecito, donde residen los duques. Su hija cortó cualquier tipo de relación personal con él y sus medio hermanos tras remitirle tras la boda una carta en la que afirmaba entre otras cosas haberse sentido defraudada por los flirteos del padre con la prensa durante los meses previos al enlace.