William y Harry mantienen un tenso encuentro en Reino Unido
Los príncipes William y Harry coincidieron este miércoles en el funeral de su tío, pero no intercambiaron palabras.
La relación entre los príncipes Harry y William sigue pasando por un mal momento. Los últimos y trágicos acontecimientos que han golpeado a la familia, lejos de unirles, les han separado aún más, y así lo han escenificado esta misma semana. Y es que varios medios ingleses publican que los hijos de Carlos III coincidieron hace unos días en un acto íntimo y familiar en el que ni siquiera cruzaron las miradas.
La cita secreta del príncipe William y Harry
Este miércoles el príncipe William acudía al funeral de su tío Lord Robert Fellowes. El que fuera cuñado de Lady Di fallecía hace un mes y esta semana se le recordaba en una íntima ceremonia celebrada en Snettisham, Norfolk. Una funeral privado a la que también estaba invitado el príncipe Harry, que no dudó en coger un avión desde Montecito y estar presente en el último adiós de su tío.
Según publica el US Sun, tanto el príncipe William como el príncipe Harry estuvieron presentes en el funeral, aunque se mantuvieron el uno alejado del otro. Varias fuentes señalan que cada uno se sentó en una punta de la iglesia y que no les vieron intercambiar palabra. «Llegaron con mucha discreción», cuenta la fuente. «William y Harry estaban allí, pero nunca los vimos hablar entre sí y mantenían la distancia».
Hacía más de un año que no se veían
El príncipe Harry habría viajado expresamente desde California para asistir al funeral, y según terminó habría puesto rumbo de vuelta a su casa. No se tiene constancia de que se haya reunido con su padre en Balmoral, ni visto a ningún otro miembro de la familia. Harry solo habría coincidido con William y, al parecer, no se habrían dirigido la palabra.
La última vez que vimos a los hermanos juntos fue en el homenaje a Lady Di el pasado mes de marzo, y ni siquiera fue en persona, pues el príncipe Harry participó por videollamada. Para verlos juntos de verdad hay que remontarse hasta la coronación de Carlos III, donde, al igual que en el funeral, permanecieron alejados y distantes.