Lorena Pagès: «El mundo es de los que sueñan y se atreven a dar el paso”
El empeño y vocación profunda de Lorena Pagès por el cine es lo que ha hecho de ella la profesional de éxito que hoy es. Su familia no entendió ni compartió nunca esa fascinación y ella no dudó en trabajar en una fábrica de chocolate para pagarse sus estudios de comunicación audiovisual. Tras nueve años viviendo, triunfando y trabajando con los mejores en Londres, con un Goya por “Totem Loba” como directora de fotografía sumándose a su galería de premios, Lorena se instala ahora entre Nueva York y L.A. para seguir soñando en grande. El riesgo está en su ADN y está convencida de que el mundo es de los que se atreven a dar el paso…
The Luxonomist: ¿Cómo se ve la vida a través de un objetivo de la cámara?
Lorena Pagès: Desde que tengo memoria me ha encantado observar tanto mi entorno como a las personas que viven en él. Siempre he disfrutado imaginándome cómo serían sus vidas, sus relaciones, sus penas y alegrías. Mi trabajo me permite seguir observando esas historias desde la mirada imparcial de mi mejor amigo: el objetivo. La cámara lo ve todo, no se le escapa ningún detalle y, sin embargo, no juzga.
TL: ¿Cuál fue ese punto de inflexión que indicó que este era tu camino?
LP: Fue a los diecinueve años. Tras participar en un taller de cine me enamoré perdidamente del lenguaje cinematográfico. Me pasé todo el verano trabajando para comprarme la cámara con la que rodaría mis primeros videoclips. Recuerdo con cariño esos proyectos que yo misma dirigía, fotografiaba y editaba. Enseguida me di cuenta de que lo que más disfrutaba de todo el proceso eran los momentos pasados tras el objetivo, tomando las decisiones respecto al lenguaje, luz y encuadre, que me permitían generar aquella emoción que estaba buscando. Películas como «In the Mood for Love» de Wong Kar-Wai o «Three colours: Blue» de Krzysztof Kieslowski me reafirmaron en mi decisión de ser Directora de Fotografía.
“La cámara lo ve todo, no se le escapa un detalle y no juzga”
TL: ¿En algún momento te has arrepentido de la elección de una profesión tan maravillosa como inestable?
LP: Nunca. Es cierto que ni la sociedad, ni la educación te preparan realmente para la vida de artista. Para esos momentos de incertidumbre en los que no sabes cuándo te llegará el próximo proyecto, cuándo cobrarás tu próximo cheque… Con los años he aprendido a relajarme y a valorar esos periodos más tranquilos con la certeza de que el siguiente proyecto siempre llega.
TL: ¿Qué hay en la mujer de hoy de la adolescente que trabajó en una fábrica de chocolate para pagarse los estudios de cine?
LP: Sigue en su esencia con sus ganas y empeño, alcanzando ahora nuevos objetivos. Recuerdo con cariño ese periodo en la fábrica, pues no hizo sino reafirmar mi sentimiento de que todo es posible si lo deseas de verdad y te dedicas a ello con todo tu empeño.
TL: ¿Ha sido más difícil conseguir el reconocimiento, siendo mujer, en un mundo mayoritariamente capitaneado por hombres?
LP: He tenido la fortuna de poder empezar mi carrera en un periodo en el que esta conversación estaba sobre la mesa. En mi primer trabajo como asistenta de cámara buscaban específicamente a una mujer. Gracias a estas oportunidades he podido demostrar mi valor como técnica y, después, como Directora de Fotografía. Para mí lo más importante ahora es que mi trabajo sea valorado independientemente de mi género.
“Todo es posible si lo deseas de verdad y le dedicas todo tu empeño”
TL: Dejas tu Reus natal por Londres, ahora cruzas el charco y te instalas en Nueva York. ¿El mundo es de los valientes?
LP: El mundo es de los que sueñan y se atreven a dar el paso. España se me quedó pequeña enseguida. Yo estaba hambrienta de proyectos más grandes e internacionales. Y Londres me dio esa oportunidad. Firmé con mi agente y no he dejado de trabajar. Ahora, tras 9 años allí, siento que he cumplido una etapa. Cruzar el charco era solo un paso natural en la progresión de mi carrera.
TL: ¿El riesgo va en tu ADN o no quieres quedarte con la duda de lo que pudo haber sido y no fue?
LP: Depende de lo que consideremos como riesgo. Me gusta seguir aquello que siento, siempre he sentido la necesidad de salir de cualquier zona de confort y para mí la vida es una aventura constante.
TL: Varios premios adornan ya tus estanterías. ¿Son el reconocimiento del trabajo bien hecho o encierran algo más?
LP: Son el reconocimiento a mucho trabajo y una gran dedicación. En el caso de «Tótem Loba» me alegré mucho por el Goya, sobre todo por todo el equipo que se involucró con un presupuesto mínimo y con muchas dificultades técnicas. Es el reconocimiento a la pasión por lo que hacemos.
“Ni la sociedad ni la educación te preparan para la vida de artista”
TL: Directora de fotografía, asistente de cámara en series y largometrajes “high level”, valorada internacionalmente en la profesión. ¿Eres consciente de que te has puesto el listón muy alto y convertido en tu “propia enemiga”?
LP: Siempre he sido y seré mi mejor amiga. Además, al fin y al cabo, es solo trabajo. No hay necesidad de competir con uno mismo, simplemente disfrutar haciendo lo que uno quiere.
TL: ¿Qué te haría desistir de seguir en este trabajo?
LP: Tener que leer guiones auto-generados por IA.
TL: ¿Una película en la que te gustaría quedarte a vivir?
LP: Manon des Sources de Marcel Pagnol.
TL: ¿Otra que habrías dado media vida por trabajar en ella?
LP: Retrato de una Mujer en Llamas de Céline Sciamma.
TL: ¿Un olor de la infancia?
LP: El olor a pan recién hecho de mi abuela.
TL: ¿Hay un pensamiento recurrente al despertarte cada mañana?
LP: Sí, ¿qué puedo aportar en este nuevo al día a través de mi cámara?
«Dejaría este trabajo si tuviera que leer guiones auto-generados por IA»
TL: ¿De qué te aburre hablar?
LP: De política.
TL: Si escriben el libro o ruedan la película de tu vida ¿te gustaría saber el final?
LP: Claro, después de haber disfrutado antes del resto.
TL: ¿Piensas lo que harás cuando la jubilación llame a tu puerta?
LP: ¿Jubilación? La pasión no entiende de edades.
TL: ¿La niña Lorena se reconocería en la mujer que te has convertido?
LP: Sí y le sonreiría encantada.
TL: ¿La felicidad perfecta?
LP: Aunque no puedo pretender haberla descubierto, siento que no estoy muy lejos. Pero si tú ya la conoces, por favor, cuéntamela.
TL: Han sido unas cuantas preguntas pero, ¿ha habido alguna que no te he hecho y te habría gustado responder?
LP: Sí. «¿Con que director/a te gustaría trabajar?» Con Céline Sciamma.