Jill Biden ya ejerce como primera dama de los Estados Unidos. Su primer discurso se encuentra ya disponible para todos los seguidores de @Flotus, la cuenta oficial en la que ya no queda ni rastro del legado de su predecesora. La esposa de Joe Biden comienza a marcar distancia con Melania Trump desde el primer minuto. Y es que a la esposa del expresidente Trump le costó llegar a Washington y tardó unas semanas en aterrizar en sus menesteres. Por el contrario, la esposa de Joe Biden decía en su primer discurso público en el cargo: «Es el comienzo de un brillante nuevo capítulo. Un momento para que todos nos unamos».
Después ha agradecido el esfuerzo y el trabajo de todos los que les han acogido a ella y su marido en su nuevo hogar. Lo ha hecho mostrando una cercanía que Melania nunca tuvo al parecer con los que hacen una labor imprescindible en la residencia oficial. La historia se repite pero cada una la escribe a su manera. Y es que además de la cercanía o los gestos al comienzo del mandato, también Jill Biden y Melania Trump difieren en otras muchas cosas, como la ropa.
Tanto Jill Biden como Melania Trump escogieron looks en color azul para la toma de posesión de sus maridos. No obstante, vistieron atuendos muy distintos tanto por el estilo, como por la marca y por su significado. Melania optaba por un diseño azul cielo diseñado por Ralph Lauren con cuello alto redondo y manga tres cuartos que imitaba a la perfección un look de Jackie Kennedy. Por su parte, Jill Biden confiaba ayer en una joven creadora para crear un look acorde con su estilo.
Habrá marcas que Jill Biden compartirá con su predecesora, Melania Trump. Sin ir más lejos, ayer caminaba sobre unos Jimmy Choo como tantas veces le hemos visto hacer a Melania. Pero seguramente los modelos escogidos, los colores y la profusión de los atuendos, como sucedió ayer, serán muy distintos. Jill Biden apostará por una moda formal y reconocible, sin alardes innecesarios y acorde con el momento público en el que esté. En su armario habrá espacio para nuevos creadores como la joven Alexandra O´Neill, fundadora de Markarian, autora del abrigo con vestido a juego con el que acompañó a su marido en la escalinata del Capitolio.
Por la noche, en la recepción que daba la bienvenida a los Biden a su nuevo hogar, muy reducida debido a la pandemia, volvieron las similitudes y también las diferencias entre Jill y Melania. Ambas escogían el color blanco para su aparición, pero con muchos matices. La actual primera dama apostaba por marcas menos tradicionales pero igual de efectivas con un vestido y abrigo a juego con bordados multicolor de Gabriela Hearst. Una creadora uruguaya afincada en Nueva York que también tiene diseños en el armario de Melania.
No obstante, la eslovena difícilmente hubiera escogido un modelo suyo para un evento tan relevante, por mucho que le gusten sus vestidos, sobre todo en primavera y en verano. Hearst simboliza muchos de los valores que la administración Biden quiere promover. El de la mujer trabajadora, inmigrante hispana, empresaria creativa y que apoya lo sostenible. La esposa de Donald Trump diseñó ella misma junto a Hervé Pierre, ex-director creativo de la firma Carolina Herrera, el vestido palabra de honor que lució en el primer baile presidencial. Los Biden quieren marcar distancia. Veremos si lo logran.
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