La presidencia de Barack Obama está llegando a su fin. En enero concluyen sus ocho años en la Casa Blanca y estas son sus últimas navidades como presidente. Para sellarlas, los Obama han enviado la tradicional postal navideña a los estadounidenses. Este año, con un sabor agridulce y sentimientos encontrados.
La última postal contiene una fotografía de Barack, Michelle Obama, junto a Sasha (15) y Malia (18), bajo la que se puede leer «La Casa Blanca 2016». Se trata de una imagen tomada en el Balcón Truman en marzo tras la cena de Estado en honor al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau. La primera dama lleva un vestido de Jason Wu y sus dos hijas, de Naeem Khan. «Felices fiestas. Mientras nuestra familia reflexiona sobre nuestros felices años en la Casa Blanca, estamos agradecidos por los amigos que hemos hecho, la alegría que hemos compartido y los regalos de amabilidad que hemos recibido. Le deseamos a usted y a sus seres queridos unas felices fiestas y un año nuevo maravilloso.»
La postal está firmada por toda la familia Obama, incluyendo los dos perros Sunny y Bo, y ha recibido una avalancha de reacciones de afecto en las redes sociales. Bajo el hashtag #ChristmasCardGoals, se acumulan los aplausos a la elegancia y la clase de la primera familia y la nostalgia prematura por una presidencia que llega a su fin. Y lo ha hecho sin grandes escándalos.
Según cuenta el fotógrafo de la Casa Blanca, Pete Souza, la fotografía se debe además a la insistencia de Trudeau. La noche de la cena de Estado estaban todos en el Balcón Truman de la residencia presidencial. Haciéndose fotos, como todo mortal que se precie ante semejantes vistas. Entonces el primer ministro canadiense insistió a Souza para que tomara una fotografía más a los Obama. «Click, click, click. Tomé unas cuantas tomas rápidas», cuenta Souza, y de ellas, pese a su resistencia inicial a seguir haciendo fotos, salió la que se convertiría en la postal navideña de 2016.
Pero la postal también ha generado algunas críticas entre los más conservadores, que han aprovechado para lanzar ataques políticos. Algunos creen que hay demasiado afán de protagonismo en esta felicitación navideña, ya que estas postales no suelen incluir fotos de los presidentes, desde que se iniciara la tradición en 1927. Obama es el cuarto presidente en hacerlo, después de Hoover, Roosevelt y los Clinton. El resto de postales han sido escenarios de Washington y sus monumentos. Pero las críticas más rotundas llegan porque el mensaje no incluye «Feliz Navidad», sino expresiones más genéricas, tipo «Felices Fiestas».
Voces republicanas, como la ex candidata a la vicepresidencia Sarah Palin critican que Obama no recurra a elementos navideños o citas bíblicas para celebrar estas fechas, como hacía George W. Bush. Pero, según la Asociación Histórica de la Casa Blanca, la tradición confirma que la mayoría de presidentes han optado por mensajes simples en estas fechas, desde Eisenhower a Ford, Johnson, Carter o Nixon, con imágenes de la Casa Blanca o los monumentos de DC bajo la nieve. Sin embargo los ataques continúan. Y también las alabanzas. Todo confluye en la inmensidad de las redes sociales, marcando las últimas semanas de la presidencia de Barack Obama después de ocho años en la Casa Blanca.
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