Las vacaciones de los Obama

Los Obama han pasado la gran mayoría de sus vacaciones estivales desde que llegaron a la Casa Blanca en Martha’s Vineyard, uno de los rincones más exclusivos de Estados Unidos y retiro histórico de apellidos ilustres, presidenciales y grandes fortunas del país. Los Obama viajan a esta cotizada isla de Massachusetts durante varias semanas de agosto, donde relajan el frenético ritmo presidencial y se les puede ver habitualmente jugando al golf, dando paseos en bici, comprando en pequeñas librerías locales o atendiendo las exclusivas cenas y eventos sociales que tienen lugar cada verano para la élite estival.

Aunque, al igual que en Washington, la gran parte del tiempo los Obama disfrutan en privado de su tiempo de descanso y lo hacen a lo grande. Una de sus residencias favoritas fue durante varios años, hasta su venta, una mansión con vistas al Atlántico, 17 habitaciones, piscina, pista de tenis, cancha de baloncesto y gimnasio privado, valorada en 22 millones de dólares. Hay múltiples propiedades de lujo en esta isla, donde el coste de vida es un 50% más caro que en el resto del país. Una acomodada manera de huir del asfixiante calor de Washington durante las vacaciones, que aprovecharon los Kennedy, los Clinton y ahora los Obama.

La última en llegar será la hija mayor del presidente de Estados Unidos. Malia Obama, que acaba de cumplir 17 años, suele hacer prácticas durante parte de las vacaciones escolares. Y lleva tiempo mostrando vocación por la industria audiovisual. El verano pasado pasó una breve temporada en Los Ángeles, como asistente de producción para la serie de televisión Extant, dirigida por Steven Spielberg y protagonizada por Halle Berry. Este año se ha quedado más cerca de casa y ha fichado por Girls, la exitosa serie de HBO dirigida por Lena Dunham que se graba en Brooklyn, Nueva York. Fue la propia Malia Obama, fan de la serie, quien preguntó a la joven directora si podía obtener unas prácticas este verano, durante un evento en la Casa Blanca.

Esta es la oportunidad que llevaba tiempo buscando. Y por fin la prueba ha comenzado. Un privilegio del que pocos pueden disfrutar y que ella está decidida a aprovechar. Malia está aprendiendo y toca hacer de todo, desde llevar el café por la mañana a organizar las zonas de rodaje. Este será su último año de colegio y se graduará en el prestigioso Sidwell Friends School de Washington. Ha estado interesándose recientemente por la escuela Tisch de artes de la Universidad de Nueva York, así como las universidades de Columbia, Standford y Berkeley. El proceso de selección comienza este último curso de escuela superior y, de ahí, comenzarán los años universitarios de la hija de Barack y Michelle Obama.

Mientras tanto ha disfrutado de un verano neoryorkino. Paseos por Central Park con su padre cuando él tuvo un hueco para viajar a Manhattan, visitas al MET con su hermana Sasha, brunch en Ruby’s Café de Nolita o Bleecker Kitchen & Co con amigas o cenas en La Esquina, con el ex chef de la Casa Blanca, Sam Kass.

Lo difícil, en cualquier caso, es disfrutar de privacidad estival. Tanto en Nueva York, como en Martha’s Vineyard, los Obama son perseguidos por fotógrafos y custodiados por la seguridad presidencial en todo momento. Incluso, si la actualidad lo requiere, su residencia se transforma en minutos en oficina presidencial y escenario de comparecencia urgente, como ocurrió otros veranos, por crisis en Egipto y Siria. Lo que ocasionó numerosas críticas a Barack Obama, porque, como él bien sabe, a los presidentes la oposición no les permite ni un segundo de descanso. Aunque ellos lo intentan con éxito cada verano.