Estamos acostumbrados en estas páginas a hablar de productos y experiencias exclusivos capaces de romper los esquemas (y los bolsillos) de las cuentas más saneadas del planeta. Si hablamos de destilados, cuyo consumo en estas fechas se dispara con la llegada de la Navidad, tenemos muchos en la retina. Si recientemente conocimos el whisky japonés que celebra el paso del tiempo (de 32.000 euros la botella), hoy hacemos lo propio con dos single malt de Bushmills de lo más especiales de 2.400 y 1.200 euros la botella.
Estas joyas embotelladas nacen la destilería más antigua con licencia del mundo, situada en Irlanda del Norte, cuyos registros se remontan a 1608. Dicen que no podrían elaborar su whisky en ningún otro lugar que no fuera en Bushmills, ya que el agua que utilizan para ello es la del río Bush, que fluye sobre lechos de roca basáltica. Todo esto confiere un carácter especial a sus whiskies, que se elaboran con malta pura irlandesa desde siempre.
Entre ellos destacan dos que han permanecido en barricas de roble durante 25 y 31 años respectivamente y que la destilería presenta ahora como joyas únicas. Dos ediciones limitadas que son el resultado de cuatro siglos de tradición, innovación y un compromiso inquebrantable con la calidad.
El más exclusivo de los dos es el Bushmills single malt 31 años. Madurado inicialmente durante 13 años en botas de jerez oloroso y barriles de bourbon, ha permanecido durante 18 años en barricas de Madeira, lo que le confiere una complejidad sinigual.
Desde la bodega indican que “sus aromas de frutas secas, cacao y café negro dan paso a un perfil gustativo que combina mandarina, melocotón y miel cálida con un toque de especias y roble tostado. Su cremosidad en boca y final prolongado lo convierten en una exquisitez absoluta”. Con todo, la destilería ha producido solo 2.800 botellas que están disponibles a un precio de 2.390 euros cada una.
Un poco por debajo de este precio encontramos la otra joya de la destilería. El whisky Bushmills single malt 25 años es un triple destilado elaborado a partir de 100% cebada malteada. Ha madurado cuidadosamente durante seis años en barricas de oloroso y bourbon, seguido de 21 años adicionales en pipas de Oporto rubí de primer llenado.
Respecto a sus notas de cata explican que “es una obra maestra con intensos aromas a frutos oscuros maduros, miel y madera tostada. En boca, destacan las cerezas caramelizadas, ciruelas y moras, que evolucionan hacia notas de chocolate negro y especias dulces. Su distintivo color cobre rojizo y un final cálido y especiado hacen de este whisky un deleite excepcional”. En este caso Bushmills ha producido 3.500 botellas con un precio recomendado de 1.200 euros cada una.
Ambos whiskies están embotellados al 46% de ABV, sin filtrar en frío, y se recomiendan disfrutan solos “para apreciar plenamente su complejidad”.
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