Da pena incarle el diente… pero es toda una tentación. La repostera Karem Molina es la artífice de una creación al más puro estilo años 20, que une delicadeza y estilo por igual y que lleva del armario a la cocina un must listo para degustar. Integrante junto a Ardiel Galván de Flor D’KKO, la repostera se ha inspirado en el fruto del cacaotero y en la feminidad que desprende para crear unos zapatos de chocolate elaborados con 61 % de maridaje de Grand Cru de cacao.
Karem Molina considera que «el cacao y las féminas se parecen más de lo que es posible imaginar» y añade que «siempre ha pensado que la grasa natural del cacao (su manteca) es tan compleja como las hormonas femeninas». El resultado de esta inspiración es la colección Betty Pumps, una propuesta deliciosa llena de historia que hace su particular homenaje a las Betty’s del mundo del cine y la literatura, como la famosa Betty Boop que representaba a las chicas de los años 20, las flappers.
Mujeres avanzadas para su época que rompían con los estereotipos y que fueron grandes iconos de la moda como Clara Bow, la propia Coco Chanel o la actriz Betty Grable, cuyas piernas fueron las primeras de la historia en ser aseguradas por millones de dólares. Karem admite ser una fanática de este complemento femenino y destaca que «los tacones fascinan por su personalidad y encanto, además han sido protagonistas durante muchos años de la moda y la confección». Disponibles en dos tamaños, Betty Pumps y Mini Betty son verdaderas esculturas elaboradas de manera artesanal y con productos de alta calidad.
Todos los días, sobre las cinco de la mañana, la pareja de reposteros se ponen manos a la obra. Cuando el chocolate está listo, sobre las diez y media, comienzan el show de cocina y rellenan el molde previamente pincelado con deliciosa manteca de cacao. Luego, los pequeños golpes que Karem da con su espátula para confeccionar esta exquisitez, hacen escurrir el chocolate lentamente sobre la mesa refrigerada, donde más tarde es colocado el zapato. Poca humedad y baja temperatura terminan de solidificar la pieza.
Las magníficas creaciones se pueden encontrar en diferentes formatos y tonos, pasando por el color de la pasión, para regalar a las más atrevidas, hasta el azul índigo. El Mini Betty, una versión más pequeña, es perfecta como un obsequio para niñas o para realizar decorados en fiestas. Si quieres darte el gustazo de saborearlos, los tienes disponibles en Flor D’KKO (en la Calle Padilla, 68 de Madrid) a un precio de 18 euros el Betty Pump y 9 euros el Mini Betty.
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