Acaba de celebrarse el XIV Concurso Nacional de Tapas ciudad de Valladolid y el segundo a nivel mundial, que hace que la urbe se consolide como capital de las tapas. Pero no por celebrar anualmente estos premios, sino porque todos los pinchos y tapas ganadores y finalistas pueden degustarse en los restaurantes de la ciudad durante varios días. Además, los dos ganadores permanecerán durante todo el año en su restaurante hermanado.
Después de catorce años practicando este punto diferenciador, los foodies de todo el mundo saben que en Valladolid pueden acceder a la vanguardia de la gastronomía en formato tapa. Además, la cocina en miniatura ha cruzado fronteras porque desde el año pasado se otorga también un galardón al chef extranjero que mejor interprete nuestras famosas tapas.
Como jurado en esta segunda edición del Campeonato Mundial de Tapas ciudad de Valladolid, una de las conclusiones que más me llamó la atención fue lo bien que todos los participantes entendieron el concepto ‘Tapa’. Una seña de identidad tan española y que sin embargo ha sido captada a la perfección por los 16 aspirantes la premio. Gracias a Valladolid, la tapa española es inspiradora para los chefs de medio mundo.
Para mí fue un privilegio y todo un honor estar en la mesa del jurado con mujeres icono de nuestra gastronomía como Susi Díaz, chef del restaurante La finca con estrella Michelin, que este año ha presidido tanto el Concurso Nacional como el Campeonato Mundial de Tapas. Ella desborda simpatía, pero su saber hacer y profesionalidad han marcado el certamen.
Destacó el altísimo nivel que ha mostrado esta edición 2018, tanto en la manera de presentar las tapas como en la elección del producto y su elaboración. Otra grande entre las grandes en este jurado fue Amaia Ortúzar, de Ganbara en San Sebastián, mundialmente conocido por sus pintxos. También Pepa Muñoz, de El Qüenco de Pepa; y Elena Lucas, de La Lobita, han constituido este año el primer jurado permanente formado únicamente por mujeres, destacando con ello el fundamental papel que la mujer ha jugado, juega y jugará en la gastronomía española.
Pero vayamos a lo realmente interesante, los ganadores del que ya es el Concurso de Tapas más importante del mundo.
De más de 500 solicitudes, cuarenta y ocho fueron los finalmente seleccionados para debatirse en la gran final del pasado 6 de noviembre. Hubo varios accésits que reconocían el trabajo en diferentes campos. El accésit a la tapa más tradicional fue para Andrés Moreno Castellano, del restaurante Sa Punta de Mallorca por su tapa ‘Tierra, sabor, tradición’.
El de la tapa más vanguardista recayó en Alberto Montes Pereira, del restaurante Atrio de Cáceres, por su tapa ‘Dando la brasa’; y el accésit al mejor concepto de tapa fue para Francisco Cotera García, del restaurante El Manantial Castilla Termal Balneario de Solares, de Cantabria, por su tapa ‘Pincho el indiano de Cantabria’.
Los subcampeones de esta edición fueron la única mujer que se presentaba, Isabel González González, del restaurante Puerto Chico de Valladolid, por su tapa ‘Esencia’; y Mikel Muñoz Esnal, del restaurante Gran Sol de Guipúzcoa, por su tapa ‘Txerri Beltz’.
Y ahora sí, manteniendo la tensión que Goyo González nos hizo pasar durante la entrega de premios, el campeón del XIV Concurso Nacional de Pinchos y Tapas dotado con 6.000 euros y la posibilidad de mantener su tapa durante un año en un restaurante pucelano, es para los hermanos Javier y Luis Antonio Carcas del restaurante Casa Pedro, de Zaragoza, por su tapa ‘La Mar de Pincho’. Pude charlar con ellos durante la gala celebrada esta semana en la Cúpula del Milenio, y doy fe de que Zaragoza puede estar orgullosa de estos hermanos que prometen y rompen moldes.
En el Campeonato Mundial de Tapas pude probar las 16 preparaciones con las que participaron chefs de cuatro continentes. Fue apasionante hablar con ellos mientras preparaban sus creaciones y escuchar el cariño y la sensibilidad con la que trabajaban sus tapas. Las presentaciones fueron todas espectaculares, de una belleza y creatividad remarcables, y los ingredientes muy bien seleccionados. Algunos optaron por producto autóctono del país de origen, otros por utilizar producto español y algunos hicieron buena e ingeniosa mezcla de ambos.
En cualquier caso, cuando estábamos deliberando quedó muy claro que habíamos sido sorprendidos por lo bien que los 16 aspirantes habían entendido e interpretado nuestras tapas. El Campeón del II Campeonato Mundial de Tapas, dotado con un premio de 6.000 euros otorgados por la Interprofesional del Aceite de Oliva de España, tiene nombre de mujer. Desde Nueva Zelanda, la vencedora fue Shuyun Chen del restaurante Bellota by Peter Gordon de Auckland, por su tapa ‘Crujiente de arroz con rollitos de atún y verduras en escabeche’.
Mientras Shuyun preparaba su tapa estuve hablando con ella para que me explicara su creación. Y así fue como me enteré de que su crujiente de arroz no estaba elaborado con cualquier arroz y constaté hasta qué punto es importante la búsqueda de la calidad y las Denominaciones de Origen. Y es que hasta en nuestras antípodas saben que una de las mejores variedades de arroces del mundo es el arroz de Calasparra.
Como nieta de una mujer de Cieza, me sentí muy orgullosa de mi tierra murciana. Su tapa reunía todas las características para rozar la perfección de un plato en miniatura. Utilizó producto español, y sus protagonistas fueron el arroz y el atún en escabeche, pero supo aportar una frescura original y muchos matices en boca.
Los subcampeones del II Campeonato Mundial de Tapas fueron José Ricardo Arellano del restaurante Vento Rooftop, de Guayaquil (Ecuador) por su tapa ‘Hispanoamérica’, que recogió su mención de manos del Ministro de Turismo de Ecuador que se desplazó hasta Valladolid para asistir al certamen y apoyar al finalista de su país. El otro subcampeón fue el noruego Rasmus Johnsen del restaurante Brygueri Kaia de Bodo, (Noruega) por su tapa ‘Skrey Cod Roe Lofoten’.
Las menciones de honor fueron los siguientes: Accésit a la tapa más tradicional para Hugo do Santos Oliveira del restaurante Vinum Restaurant de Vilanova de Gaia, Portugal, por su tapa ‘Tras o Montes’.
Un delicioso bocado de alheira, un embutido portugués muy apreciado, y yema a baja temperatura. El Accésit a la tapa más vanguardista fue para Rico Torres del restaurante Mixtli de San Antonio, EEUU, por su tapa ‘Rebanada de Vida’. La presentación también fue espectacular. Una navaja sobre musgos venía dentro de una caja cerrada que al abrir reproducía el sonido del mar.
El Accésit al mejor concepto de tapa se fue hasta Japón gracias a la creación de Yoshioka Masakazu del restaurante Gion 245 de Kioto, Japón, por su tapa ‘Sakura’. Un homenaje a la primavera en Sakura, donde todo se tiñe de blanco gracias a la flor del cerezo. Belleza, sensibilidad y concepto, un trío perfecto merecedor de esta mención de honor.
A la gala asistieron Óscar Puente, alcalde de Valladolid; Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo de España; Ana Redondo, concejala de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Valladolid; Teresa Matamoros, secretaria de Turismo del Estado de Guanajuato, México; Susi Díaz, presidenta del jurado de ambos certámenes; María José Hernández, presidenta de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Valladolid; Víctor Caramanzana, presidente de la Cámara de Comercio de Valladolid; y Luis Cepeda, director técnico y de comunicación de ambos certámenes.
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