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La inquietud y la conciencia social de algunas personas no tienen límites. Gracias a su generosidad, entrega y trabajo, se han puesto en marcha proyectos que no solo ayudan a muchas familias en situación grave de vulnerabilidad sino que han logrado resultados realmente admirables. Es el caso de Anaco, una empresa dedicada a la preparación y envasado de anchoas gourmet que trabaja desde Galicia y emplea a mujeres en riesgo de exclusión social. "Anaco nació hace cinco años por mi parte y la de un grupo de amigos que quisimos compartir la fortuna de tener vidas estables en lo personal y lo profesional, con otras personas a las que, por diferentes circunstancias, la vida no les ha sonreído", explica Isabel Mendez, alma máter y directora de esta empresa tan especial. Ella es profesora en la universidad de Santiago de Compostela y administradora de esta empresa de inserción que ha ido tomando forma con el tiempo. "Al inicio fuimos una asociación sin ánimo de lucro en la que hacíamos intercambios de tiempo, pero éstos no funcionaron como queríamos debido a la gran brecha social de las personas implicadas. Tomamos conciencia entonces de que el problema era más profundo de lo que habíamos pensado y que había muchas personas que necesitaban un verdadero impulso para acceder al mundo laboral". Las anchoas Anaco son de Santoña y se elaboran artesanalmente en Galicia Nació entonces la idea de crear una cooperativa de mujeres "buscando una alternativa a la caridad" y, por medio de una conservera de la zona, decidieron dedicarse al tratamiento artesanal de la anchoa en aceite de oliva que llega directamente de Santoña. "Es un producto gourmet que requiere mucha mano de obra, el resultado final tiene unas características únicas y un valor añadido muy importante para la gastronomía de la región, así que nos pareció buena idea", comenta Isabel, que durante tres años hizo que la cooperativa funcionara llegando a emplear hasta a cuatro mujeres (ahora son dos) de colectivos desfavorecidos contactadas a través de instituciones como Cáritas, Proyecto Hombre o la Cocina Económica. Su implicación directa hizo que las anchoas elaboradas por Anaco hayan llegado a distribuidores de la zona, se consuman en restaurantes de prestigio del entorno de Santiago como Costiña o A quinta da Auga, e incluso que estén en proceso para empezar a venderse en El Corte Inglés. No obstante, cada vez es más difícil mantener Anaco a nivel económico: "Hay muchas trabas para sacar adelante algo así. Pensé que el proyecto iba a ser más apoyado por empresas a las que les va bien, que nuestras capacidades iban a convencer más... pero con el tiempo me he dado cuenta de que la gente prefiere hacer caridad que colaborar en una iniciativa de este tipo", apunta Isabel. Anaco pretende seguir empleando a mujeres si consigue aumentar sus ventas Ahora mismo Anaco cuenta con Juliette y Luisa a bordo, después de que Sara fuera contratada por un hotel y Rosa abandonara... "Hay muchas mujeres que llaman a nuestra puerta esperando un trabajo digno y una oportunidad, pero si no conseguimos vender más anchoas, no podemos ayudarlas", se lamenta. "Nuestros impuestos tendrían que ser suficientes para sacar adelante a este tipo de personas en situaciones tan difíciles, pero sin embargo no lo son. La realidad es que la caridad, las ONGs y la iglesia van poniendo parches sobre el tema de la desigualdad social haciendo un papel más importante del que muchos creen". Gracias a la constancia de Isabel "y de las muchas personas que me han ayudado por el camino" las anchoas Anaco han llegado más lejos de lo que muchos creyeron. Sin embargo, queda un largo camino por recorrer y muchas mujeres a las que pueden dar una verdadera oportunidad. *Las anchoas Anaco se pueden comprar en origengalicia.com; frescoydelmar.com; benmercado.gal.

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