Llegan las ‘Izakayas’ niponas

¿Los españoles estamos hartos de lo tradicional? En los últimos años vemos cómo cierran o languidecen clásicos de toda la vida como Hockey, El frontón o Zalacaín mientras proliferan restaurantes peruanos, japoneses o mexicanos. ¿Ya no nos gusta salir a comer cocochas, verdinas o tapas de anchoas? 

Se impone una tendencia global ávida de novedades en sabores, texturas y formatos gastronómicos; se demandan y exigen nuevos protocolos de comida en los que cobra tanta importancia lo culinario como lo cultural y lo estético. Dentro de esta búsqueda de autenticidad y tradición de cocinas ajenas están surgiendo las izakayas o tabernas japonesas, ya presentes en ciudades como Nueva York, Toronto y Londres, donde son tendencia.

En Madrid, hasta el momento, de lo más parecido que encontrábamos era el ‘Yakitoro’ de Chicote, con una aproximación en la que se fusionaba la parrilla japonesa con una materia prima y sabores mediterráneos dentro de un low cost moderno, agradable y de ambiente bullicioso.

Desde el verano, sin embargo, ya tenemos nuestra primera izakaya: Hattori Hanzo se define como una taberna 100% japonesa en la que se conjugan las tapas y brochetas niponas con las pinceladas estéticas de la street food de la que disfrutan en Japón cuando se trata de hacer una comida informal y económica, regada de cerveza de barril o de su famoso sake o vino de arroz.

Aunque su autodefinicación ha generado algunas respuestas de protesta que no admiten que “sea la primera” o que “sea la única”, lo cierto es que este formato tan completo y auténtico no existía hasta el momento que lo han traído a Hattori Hanzo los chefs Go Majima y Diego Laso, con sus platos legendarios como el okonomiyaki de Hiroshima, las tapas kaarage de pollo de corral y el kushiyaki (brochetas) preparadas en Robatta o barbacoa japonesa a la vista del cliente.

El menú introduce 10 propuestas -para tomar en el local, para llevar o con reparto a domicilio- que estarán disponibles sólo a mediodía, a un precio de entre 9 y 14 euros, bebida incluida, así como postres, complementos y bebidas de importación.

Posiblemente aún nos queda mucho chuletón por comer, ¡pero que sea en teppanyaki, por favor!