El concepto de oficina ha ido cambiando con el tiempo. A los requerimientos de los trabajadores de tener más luz, espacio de trabajo y zonas de descanso, se han unido otros como la necesidad de tener aparcamiento, buenas conexiones con el exterior, guarderías, centros cercanos de ocio y, la mejor, la posibilidad de residencias próximas.
El mundo está más globalizado que nunca, y nada lo va a parar. Cada vez necesitamos más de la interacción social entre fronteras, y esto está transformando el orbe a una escala sin parangón. Los conceptos ya no se vuelven identitarios de una región, van más allá de las barreras culturales y se instalan en las mentes de todos. Esto pasa también en la arquitectura, por ello no es de extrañar que las mejoras en las nuevas oficinas se expandan desde su interior al inmediato exterior.
Un gran ejemplo es la nueva obra del estudio de arquitectura Bjarke Ingels. Se trata un espectacular complejo formado por dos edificios unidos por una cubierta, una hermosa y disparatada catenaria que juega con los contornos, protegiendo en su interior nada menos que 53.500 metros cuadrados construidos y diferenciados en dos edificios de distintas alturas y dimensiones. Un techo que serpentea con una clara intención: convertirse en un enorme pórtico de 140 metros de longitud.
Este hecho convierte a Il Portico en el mayor pórtico diseñado del mundo y, pronto, en el mayor pórtico construido. Está prevista que la construcción comience este mismo año y se prevé que finalice el 2023. Pero, si hasta ahora te está gustando lo que lees, más te va a gustar lo que sigue, aunque antes de continuar hay que decir que en CityLife reside la empresaria más conocida de Italia: Chiara Ferragni, junto a su espectacular familia.
La historia es divertida. Y es que los promotores sacaron a concurso una cuarta torre, que acompañara a las ya ejecutadas Il dritto, Lo storto e Il curvo, de 202, 170 y 150 metros, respectivamente, finalizando así la parcela urbana que define el proyecto. BIG, el estudio de arquitectura, vio una oportunidad de llevar la contraria y generar no una torre, sino lo contrario: una construcción de baja altura con un enorme pórtico como entrada a la urbanización milanesa.
Por supuesto, esto encantó al jurado y dieron vía libre al proyecto. El diseño de Ingels divide el espacio en dos edificios opuestos de distintas alturas, uno para oficinas y otro para un hotel de 120 camas. Además, cabe destacar que su forma en planta sigue la silueta circular de dos edificios muy cercanos ya construidos, permitiendo un nexo visual bastante potente.
La cubierta de los dos edificios se levanta en sus extremos, alcanzando los 105 metros en el inmueble de oficinas y los 53 en la esquina opuesta del hotel. Esta cubierta se ejecutará como una estructura colgante, con un techo ligero, sostenido por columnas delgadas que trabajarán en tensión, para así evitar el levantamiento. Lo mejor de la construcción lo encontramos en el centro de los dos edificios, donde se creará una zona pública libre de tránsito y protegida.
Si el pórtico genera un espacio acogedor para el público general, los usuarios de los inmuebles tienen unos enormes patios interiores aún más acogedores, en los que disfrutar de un respiro en el edifico de oficinas, y de un momento de paz en el hotel. Además, en las esquinas interiores se han diseñado dos amplias terrazas para el ocio y descanso en el inmueble de oficinas, y para albergar una espectacular piscina en el hotel.
Por supuesto, cualquier proyecto de esta envergadura debe optar al máximo de eficiencia energética. Por ello, el inmueble ha optado por ubicar en el techo paneles de energía fotovoltaica, unos paneles integrados de los que estéticamente ni se sabrá que existen, pero que generarán energía para optar a la certificación LEED Platinum. Además, también se recolectará energía térmica del subsuelo y se recolectará el agua de lluvia para su uso en jardines.
La empresa Ramboll nos cuenta que se ha empleado la estrategia los usuarios primero, la CLM2 SMART Vision, con la que se crea una plataforma digital adaptable y resistente que integre los espacios físicos y el resto de CityLife. De esta manera, los usuarios tendrán información y control de todo su complejo. Otra empresa que disfrutará de la construcción será el estudio Atelier Verticale, quienes colaborarán en la ejecución del proyecto “in situ”, dado que BIG tiene sede en Copenhague, Nueva York, Londres y Barcelona, pero no en Milán.
Como materiales estrella, por supuesto, el vidrio que cubrirá todo el exterior de piso a techo, para el máximo aprovechamiento de la luz; el cobre que se colocará en la parte baja del dosel, y que será el material más visualizado por los visitantes y usuarios; y el hormigón armado, que creará la estructura reticular fuerte y resistente que permitirá la durabilidad del complejo. La vegetación será otra pieza clave. Ésta la encontramos distribuida por el interior, en los patios centrales, las generosas terrazas y en los aledaños del complejo.
Una nueva construcción se alzará en Milán en breve. Todo un ejemplo de futuro, creado con herramientas tecnológicas de última generación, como el sistema BIM (Building Information Modeling) pero, también con la más antigua y eficiente: la imaginación.
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