El próximo sábado 21 de abril se celebra el día mundial de la creatividad, una palabra cada vez más oída, usada y utilizada en positivo. Son ya algunos centros los que se dedican a trabajarla y a hacer hincapié en la necesidad de potenciarla desde la infancia. Uno de los impulsores desde su creación en 2012 es la Fundación Botín, que trabaja para convencernos de que la creatividad es beneficiosa para la vida y necesaria para cambiar el mundo.
Hace apenas un par de semanas, el recién abierto Centro Botín, frente a la bahía de Santander, ha inaugurado una exposición concebida única y exclusivamente para la ocasión, sobre el proceso creador de Joan Miró en sus esculturas. La muestra con más de cien esculturas, fotografías, bocetos y dibujos, ofrece un más que recomendable recorrido por el universo Miró, uno de los iconos mundiales del surrealismo que supo reflejar con maestría un estilo particular de mezclar formas, colores y conectar como nadie con el universo imaginario de los niños.
“Una forma nunca es algo abstracto, es siempre un hombre, un pájaro o algo más. Forma es nunca considerar la forma”. Con estas palabras definía el propio artista la base de sus esculturas, siempre hechas con objetos cotidianos transformados y moldeados para encontrar la silueta perfecta. Todas sus obras han buscado siempre demostrar que el arte en sí mismo no es nada, si no conecta con la libertad social basada en la provocación y la ruptura de tabúes. En el recorrido por la exposición se puede ver la evolución del artista desde sus principios a su última obra realizada a los 90 años.
Si a Joan Miró se le pudiera aplicar la frase de Brancusi –“Cuando dejas de ser niño, mueres”- hubiera sido eterno, como lo son sus obras; un juego entre el objeto, la forma y lo que puede llegar a ser, desafiando para ello las normas preestablecidas. Muchas son las escuelas cántabras que deciden llevar a sus estudiantes a ver la muestra, buscando motivar su creatividad, despertar su imaginación en esta exposición que se puede visitar hasta el 2 de septiembre. Miró hizo de la creatividad su motor, sobre todo en sus esculturas que de los objetos lograba encontrar formas reconocibles.
La creatividad permite precisamente eso; encontrar en cualquier ámbito de la vida soluciones e ideas para adaptarnos a una realidad cambiante. Ser creativo es abandonar la rutina y hacer añicos la maldita zona de confort que nos termina apoltronando en el sofá con cara mustia sin saber por qué. La diversión va de la mano de la creatividad. Edwind Land, el inventor de la famosa Polaroid, dijo y acertó en que «el principal miedo que corta las alas a la creatividad, es el miedo a fracasar». No se nace con creatividad, es una habilidad que se cultiva y se practica. Lo mismo que Miró, no debemos olvidarnos de ver la vida como niños. El se pasó la suya creando constelaciones de formas y colores para que nosotros soñáramos. Quizás de eso se trate, de no dejar de soñar.
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