Mujeres de Roma. Seductoras, maternales, excesivas
Este nuevo proyecto sobre Roma, en colaboración con el Museo del Louvre, pone el foco en el papel de las mujeres en la sociedad romana.
La mujer romana era al mismo tiempo objeto de amor y de temor, de deseo y de burla. Fuese una respetable matrona o una meretriz, una sacerdotisa o una emperatriz, era considerada inferior según las leyes. Pero a pesar de este papel subalterno, fundamentalmente de madres y esposas, las mujeres ocuparon en Roma un papel destacado en comparación con otras sociedades antiguas.
Del 4 de noviembre al 14 de febrero estará abierta en CaixaForum de Madrid, la exposición ‘Mujeres de Roma. Seductoras, maternales, excesivas’ formada por 178 piezas -siglo I aC al I dC- llegadas del Museo del Louvre, muchas de las cuales nunca habían sido expuestas.
En mi opinión, más que ‘Mujeres de Roma’ debería llamarse ‘Ingenuas de Roma’ (ingenua viene del latín y significa «nacida libre»). Las mujeres nacidas libres en Roma no tenían acceso a la vida política. Existían ciudadanos, pero no ciudadanas. Sólo las ingenuas y las libertas que no habían ejercido profesiones ignominiosas (como artistas o prostitutas), podían casarse legalmente. Como la natalidad era baja, el emperador Augusto promulgó una ley que emancipaba jurídicamente a la madre de tres hijos, lo que les permitía pasar de tener un tutor legal (llámese marido) a poder administrar libremente sus propios bienes.
Con las libertas tenían que ser cuatro y las esclavas ganaban su libertad al tener el quinto hijo. Pero éstos, lógicamente, las ataban al hogar. Todo muy pensado. Sí que eran ingenuas. A pesar de ese papel subalterno, las mujeres romanas tenían más derechos que las de otras culturas. En las obras expuestas en la muestra -siempre con la mujer como protagonista- además de las esculturas (casi todas de origen desconocido) destacan pinturas murales procedentes de Pompeya y relieves en terracota. Impresiona el retrato que estaba muy desarrollado y solía presidir y proteger la casa, pareciendo algunos casi de actualidad. Otros estaban pintados sobre paneles de madera que se sujetaban sobre el rostro de las difuntas.
La búsqueda de la belleza
En la Roma imperial las mujeres se esforzaban en ser seductoras. Además de las tres horas que pasaban en los baños públicos, las más elegantes comenzaban a ocuparse de su imagen al amanecer. Tenían especial cuidado del rostro sobre el que ponían cremas y ungüentos para conseguir una piel blanca. Se depilaban cuidadosamente el cuerpo y confiaban los cabellos a peluqueras. Un maquillaje eficaz era aquel que reforzaba el cromatismo natural del rostro. Se pintaban de rojo labios y mejillas y se sombreaban los ojos, pero las grandes damas debían contenerse para no caer en la vulgaridad.
En la sociedad romana, en definitiva, se produjo una evolución de la condición de la mujer, perceptible en las costumbres y en la mentalidad. La exposición ‘Mujeres de Roma. Seductoras, maternales, excesivas’ detalla, a partir de 178 piezas de uso cotidiano y procedentes de la decoración de las villas romanas, este estatuto de cierto privilegio que consiguieron las mujeres y que se tradujo en distintas representaciones bajo el prisma de la mitología, la religión y la fuerza materna, así como en alegoría de la seducción y el exceso.
La exposición es fruto del acuerdo entre la Obra Social ”la Caixa” y el Museo del Louvre para la organización conjunta de proyectos excepcionales como éste.‘Mujeres de Roma. Seductoras, maternales, excesivas’ colecciones del Museo del Louvre se podrá visitar en CaixaForum Madrid (paseo del Prado, 36) hasta el 14 de febrero de 2016.