Desde que Ferran Adrià desplegara toda su creatividad entre las paredes de El Bulli, el mundo de la alta cocina española no ha dejado de vivir momentos de esplendor. Pero aunque Adrià fue el detonante de todo lo que vino después, antes hubo pioneros que entendieron que la cocina podía ser un lugar de experimentación y artesanía donde desarrollar técnicas capaces de sorprender al paladar más exquisito.
La alta cocina nació en Francia y para muchas vicisitudes gastronómicas ese país sigue siendo escuela y referencia. Por esa razón aún es más llamativo que sea precisamente en Francia, en París, donde se está produciendo el último hito culinario. Este avance no anticipa nada bueno para el mundo de los fogones tradicionales.
Pazzi es una serie de restaurantes, de pizzerías para ser exactos, que quiere prescindir del elemento humano que marca la gran diferencia, los cocineros. Esta compañía de restauración ya es capaz de elaborar, aderezar, cocinar, cortar, meter en cajas y servir pizzas sin que ningún humano esté presente.
Una serie de robots provistos de brazos articulados se encargan de todo el proceso. De principio a fin. El primer local ha abierto en París y ya se pueden disfrutar las pizzas que un conjunto de chips y circuitos cocinan libremente. Basta con hacer el pedido y la maquinaria, literalmente, se pone en marcha para saciar nuestras necesidades alimenticias.
El robot extrae la masa ya preparada, la deposita sobre una plancha que se encarga de darle el tamaño apropiado. Tras ello, el brazo articulado reparte la proporción exacta de tomate sobre la superficie de la pizza, del mismo modo que haría un cocinero. Hay 14 variedades distintas de pizzas.
El robot deposita sobre el tomate los ingredientes que hayamos seleccionado y con suma delicadeza introduce la composición en el interior del horno. Tras el tiempo exacto, un nuevo brazo lleva la pizza acabada a su caja y le realiza los cortes precisos para que la podamos degustar con comodidad. Solo quedaría pagar, los precios van desde los 7 euros de una sencilla Margarita a los 13,60 de la Noruega con salmón.
El responsable del proyecto es Sebastien Roverso y mantiene que cada robot es capaz de cocinar 120 pizzas por hora. Casi tres veces más que lo que consigue un ser humano. Este ingeniero ha concluido el viaje que se inició hace unos años con la aparición de los útiles y prácticos robots de cocina. Esos elementos han evolucionado para pasar de robots de cocina a robots cocineros.
Si viajamos hasta el país vecino y la oferta gastronómica de Francia nos parece insuficiente basta con acercarnos al distrito parisino de Beaubourg para disfrutar de la primera pizza robótica. Seguro que la Guía Michelin ya está pensando en enviar algún androide que evalúe el sabor de lo que sirven.
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