Los albores de la telefonía móvil para todos los públicos, y todos los bolsillos, fueron hace bastante poco. A finales del siglo pasado se popularizó el uso de los terminales móviles. En esa época Nokia dominaba el mercado, los fabricantes orientales tenían escasa presencia y la industria caminaba hacia lugares bastante comunes hasta que en 2007 Steve Jobs se subió a un escenario y presentó el iPhone.
En 2004 Motorola presentó un móvil bastante revolucionario, un móvil donde el diseño estaba por encima de las características técnicas del dispositivo. El Motorola Razr era de aluminio y fue un icono de su época, un teléfono diferente. De hecho, sigue siendo el móvil de concha más vendido de la historia.
Década y media después Motorola sacará al mercado una versión renovada de su mítico diseño. Se llamará como el original, Motorola Razr, y se apellidará como el año de su lanzamiento: 2020. Además del nombre, el fabricante norteamericano mantendrá el diseño con forma de concha, pero añadiendo en su interior una pantalla plegable.
Esa novedad es la que hace de este producto la sensación de la temporada. Esa pantalla tendrá un tamaño de 6.2 pulgadas y se doblará por la mitad para reducir el tamaño del móvil mientras no se use. En su parte exterior tendrá una pantalla adicional desde la que interactuar con las notificaciones sin tener que abrirlo.
Samsung probó suerte con las pantallas plegables con el Galaxy Fold. Lo sacó a la venta por 2.000 dólares y lo tuvo que retirar del mercado porque la pantalla no dio los resultados esperados. El Razr costará 1500 dólares y todas las pruebas apuntan a que la pantalla aguantará. Android 9 Pie será su sistema operativo. Su cámara principal es de 16 megapíxeles y la frontal de 5.
Es un teléfono llamativo, con una pantalla plegable que hace de él algo peculiar, pero no deja de ser un dispositivo de gama media con un precio desorbitado. No sabemos si el mercado irá por esos derroteros y comenzarán a florecer en el catálogo de todos los fabricantes móviles que se puedan doblar para ocupar menos espacio, pero sin limitar las opciones visuales una vez que lo hemos desplegado. Apreciamos la apuesta y esperaremos a ver la reacción de la competencia. La batalla por minimizar para después maximizar parece que acaba de empezar.
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