Arabia Saudí cuenta con el 60% de sus ingresos gracias a los hidrocarburos de forma directa e indirecta (y dependiendo del precio del petróleo). Es uno de los países con mayor diversificación accionaria del mundo gracias a su fondo soberano.
Su dinero es infinito gracias al petróleo, pero la transición energética está cambiando las necesidades, también de los países que tradicionalmente han vivido del “oro negro”. El plan de Arabia Saudí, muy criticado en algunos ámbitos por no respetar los derechos humanos, tiene en el deporte, la inversión en I+D+i y la transformación, su gran piedra angular. El país ha revolucionado el mundo del deporte, pero no solo.
De hecho, está apostando por ciudades modernas, del futuro, con inversiones multimillonarias en grandes centros de ocio, restaurantes con estrellas Michelin y hoteles con el máximo lujo. Todo para acoger un turismo de lujo que muchos mortales -la primera yo- jamás podríamos soñar.
Las ‘Mil y una Noches’ se hacen realidad en la península arábica tan enigmática como atractiva. Su magnetismo está fuera de toda duda y, más allá de las críticas, lo cierto es que sus inversiones están reubicando al país como una potencia mundial. Lo hacen utilizando aquello que la tierra le dio: del beneficio del petróleo a la revolución del deporte, la educación, la industria, la tecnología, la sanidad y el transporte.
Tanto los deportes tradicionales como los modernos son populares en Arabia Saudí. Los habitantes de la Península Arábiga han disfrutado de los deportes durante miles de años, incluidas las carreras de caballos y camellos, la cetrería y la caza con perros. Hoy en día, los deportes modernos también son populares, especialmente el fútbol.
Se ha hecho un especial esfuerzo para fomentar el deporte y hacerlo accesible al público. Se han establecido cientos de instalaciones en todo el Reino para que todos los sauditas puedan hacer ejercicio regularmente o disfrutar de deportes populares. Además, todos los niveles del sistema educativo saudita –desde las guarderías hasta la universidad– enfatizan la importancia del deporte.
Arabia Saudí ofrece maravillas tanto naturales como históricas, desde los centros turísticos de montaña de Taif y la majestuosidad de las antiguas tumbas nabateas hasta los multicolores arrecifes de coral del Mar Rojo. Si bien ha sido un destino turístico durante siglos, con millones de personas que visitan el Reino cada año desde todo el mundo, históricamente la mayoría de los visitantes han sido musulmanes que realizaban peregrinaciones.
Hoy en día hay un nuevo énfasis en el turismo y en el año 2000 se creó la Comisión Saudita para el Turismo y el Patrimonio Nacional para promover el turismo en el país.
Cuando necesites un poco de descanso y relajación para el alma, visita Habitas AlUla. Es una de las joyas escondidas de Arabia Saudí, una zona de desierto en gran parte intacta con una historia que se remonta al siglo I a.C. y vistas dignas de la UNESCO. Es un lugar que permite vivir el destino desértico con estilo desde villas con vistas panorámicas del desierto y todas las comodidades.
Shangri-La Jeddah está en el paseo marítimo de Jeddah. Traducido: está cerca de restaurantes, centros comerciales y del circuito Jeddah Corniche. Es un hotel con 220 habitaciones, 55 suites y 17 apartamentos con servicios que tienen vistas a la ciudad o al mar. También cuenta con el restaurante Shang Palace del chef Keith Yeap, gimnasio con jacuzzi, baño de vapor, sauna y spa con hammam para hombres y tratamientos separados para mujeres.
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