Alaska: descubriendo los paisajes de la ‘última frontera’ a bordo del Silver Nova

Viajamos a bordo del Silver Nova para descubrir y explorar los exuberantes paisajes de Alaska, la tierra más allá de las fronteras.

Eva Miquel Subías. 05/03/2025
Alaska. Foto: Silversea

El Estado número 49 de Estados Unidos es uno de los territorios que despiertan mayor curiosidad. Sobre todo debido a su belleza imponente, a su fauna salvaje y a esos pueblos que parecen haberse detenido mientras el mundo seguía a su ritmo. Justo antes de que dé comienzo la temporada de los cruceros por Alaska (de mayo a septiembre) desvelamos los aspectos más destacados a tener en cuenta para aquellos viajeros que lo tengan en su lista de deseos.

Auge de los cruceros por Alaska

La tendencia en el sector de los cruceros de expedición está claramente al alza. Es el segmento que, sin duda, más crece. Nos referimos a los cruceros de lujo por el Ártico, Galápagos o la Antártida. En este último destino, Silversea se ha lanzado al mundo hotelero construyendo en Puerto Williams el hotel más austral del mundo.

Pero Alaska, a mitad de camino entre los cruceros marítimos clásicos y los de expedición, lleva años posicionándose como uno de los destinos más demandados. También es uno de los más convenientes para explorar a bordo de un barco, debido a la dificultad que entraña desplazarse por tierra.

A bordo del Silver Nova

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Uno de los espacios comunes del Silver Nova. Foto: Silversea

La naviera de lujo Silversea lo tuvo claro hace muchas temporadas. Pero no solo eso. Apostó por llevar allí su barco más nuevo y rompedor, Silver Nova – del que hablamos en estas páginas, justo antes de que se inaugurara su barco gemelo, Silver Ray. Este hecho, para los que conocen algo cómo se mueve la industria de cruceros, es francamente significativo. Y es que la mayoría de los barcos recientemente inaugurados suelen surcar las aguas del Mediterráneo varias temporadas antes de dirigirse a zonas más remotas.

Así, el pasado verano nos embarcamos en Silver Nova en Vancouver, la ciudad más cosmopolita de Canadá -que bien merece una visita con calma- y pusimos rumbo a Alaska. Una semana antes decidimos recorrer por tierra varias rutas. Hacia el sur pusimos rumbo a Seattle y poblaciones bodegueras como Woodinville; y hacia el este nos adentramos en los parques naturales y las montañas de Whistler.

Suelen ser cruceros de una semana. Bien desde Vancouver a Seward, bien a la inversa. Nosotros optamos por la primera opción.

Explorando Alaska

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Ketchikan. Foto: Silversea

De este modo, tras un día de navegación desde Vancouver, llegamos a Ketchikan. Es un pueblo con mucho encanto desde donde salen muchas excursiones para ver a los osos en su hábitat o la pesca del salmón. Algo a tener en cuenta para los que lo quieran visitar es que sólo se puede llegar por mar, como a otros muchos puntos de Alaska. Es por ello que la opción marítima, en este caso, es altamente recomendable.

Mientras los huéspedes disfrutan de la excelente oferta gastronómica a bordo de SilverNova, con un máximo de 728 pasajeros y con un ratio de tripulación por huésped de casi 1-1, la estructura y diseño vanguardista del mismo te permite contemplar el paisaje exterior completamente integrado en cada una de sus estancias.

Una de las más destacadas es S.A.L.T Kitchen, el restaurante dedicado a los productos locales. Un espacio que ofrece las mejores y más famosas Alaska King Crabs o los platos más ingeniosos con el imprescindible salmón como protagonista.

Naturaleza, animales y la fiebre del oro

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Juneau. Foto: Silveasea

Tras pasar la noche a bordo, amaneces en Juneau, la capital de Alaska. Se trata de una ciudad de poco más de 30.000 habitantes francamente curiosa que se ubica a los pies del Monte Roberts, de 1.200 metros de altura.

Y si te decantas por tener un día más tranquilo, acorde al ritmo de sus habitantes, puedes visitar el famoso glaciar Mendenhall, las cascadas y los parques nacionales.

Pero sin moverse del mismo Juneau se puede coger un funicular hasta lo alto de la montaña. Allí puedes perderte durante un buen rato caminando por los senderos que tienen debidamente señalizados para no alterar a los osos con los que te puedas cruzar. Porque sí, se ven osos.

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Foto: Silversea

También puedes verlo todo desde el aire subiendo a una de las avionetas que Silver Sea pone a disposición de los viajeros en su amplia oferta de excursiones diarias. Si el tiempo y el presupuesto lo permiten, ¿por qué no?

Una de las escapadas a tener muy en cuenta es la que parte de uno de los pueblos más bonitos de Alaska, Skagway. Desde allí, antes o después de pasear por sus calles a los pies de montañas, se puede uno acercar al Yukón Suspension Bridge. Los mini buses de Silversea trasladan a sus huéspedes por la ruta mítica de la fiebre del oro de finales del siglo XIX hasta llegar a la frontera de Canadá. Se trata de un puente colgante de 55 metros en la zona de Yukón, en plenas montañas rocosas canadienses, sobre las aguas revueltas del cañón del río Tutshi con unas vistas impresionantes.

Los bosques de tundras te muestran la totalidad de las paletas de colores a través de sus flores y lagos. Un auténtico Pantone visual.

Cruceros para explorar Alaska en todo momento

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Silver Nova. Foto: Silversea

Otro de los aspectos a tener en cuenta a bordo son las conferencias que Silversea organiza diariamente para adentrarte en los destinos y conocer más a fondo la historia. Éstas se complementan con una exposición del fotógrafo de expedición más famoso y reconocido del mundo, SteveMcCurry. Así que cuando estás en el barco tienes la sensación de seguir explorando los recovecos de “la última frontera”.

Todo ello te prepara para desembarcar en Sitka y hacer excursiones desde allí. Como la de coger un pequeño barco para pasear alrededor de las islas y ver todo tipo de fauna y flora, como también ballenas.

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Alaska y su naturaleza exuberante. Foto: Silversea

El barco seguirá la ruta hacia el Glaciar Hubbard para llegar el último día a Seward. Allí la mayoría de huéspedes arribarán a Anchorage, la ciudad más poblada de Alaska, donde se ubica el aeropuerto internacional.

Los cruceros por Alaska tienen la ventaja de ser atractivos para viajeros de todas las edades y gustos diversos. Y muy pocos serán los que se queden indiferentes ante un derroche de naturaleza permanente y la sensación de estar explorando un territorio donde el tiempo transcurre a cámara lenta.

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