¿Cuánto cuesta dormir en una buena cama?

¿Cuánto cuesta dormir en una buena cama? Poco, si prestamos atención a la ola de bed & breakfast baratos o de hostels vanguardistas que suscitan el interés de los millennials gracias a su wifi gratuita y al buen colchón, aunque sea en literas. Lo que hoy pagamos, más allá de estos servicios básicos, son experiencias inolvidables. Lugares de ensueño, instalaciones artísticas o liturgias emocionales. Porque los hoteles, como hemos repetido tantas veces, son cosa de personas.

Establecimientos personales como el Backstage, en la estación alpina de Zermatt, Suiza, lo han entendido a la perfección. Su concepto wellness trasciende lo que pensamos que es el bienestar y la salud, cada día más orientados hacia una práctica de lo experiencial. En unas instalaciones de cuidado diseño arquitectónico, con sonido ambiente e iluminación cambiante de colores evanescentes, el complejo hace vivir a los huéspedes una película del Génesis, la historia de la Creación.

¿Quién se resistiría a los misterios del cosmos, la magia de la luz, la separación del cielo y la tierra, la aparición de vida en la tierra, la generación del mundo que conocemos hoy, con sus plantas y animales, sus ciclos vitales, la naturaleza de los sentidos?

Al compás de lo señalado por la Biblia, el hotel Backstage ha organizado su circuito spa con una evocación fantástica (y fantasiosa) a la famosa pintura de la Creación, de Miguel Ángel, en la Capilla Sixtina.

Al primer día se hizo la luz. Previa desintoxicación mundana en la biblioteca del hotel, guiados por una narración del Génesis a través de la voz de Ben Becker en los auriculares, los bañistas entran en una sala de vapor a oscuras en donde solo irrumpe, en secuencias programadas, unos haces de luz que dibujan jeroglíficos sobre los muros a una temperatura de 43 grados y un 100% de humedad relativa. Duración: 15-20 minutos.

Al segundo día se separaron la tierra y las aguas. Súbitamente, la escenografía de la sala cambia por completo. Del cielo rompe en finas gotas una nube que cubre la arena bajo los pies y forma, al cabo de 15 minutos, un océano infrarrojo de perlas de agua a 38 grados capaz de penetrar la piel como una aguja hipodérmica, lo que produce un efecto beneficioso en la musculatura.

Al tercer día creóse la vegetación. Reforzado por una videoinstalación, el clima interior se vuelve tropical. La luz da relieve a un parterre de plantas aromáticas. El huésped recibe un baño equinoccial a 38 grados con un 85% de humedad relativa. Duración de la inhalación: 10-15 minutos.

Al cuarto día se crearon los planetas y aparecieron las mareas. En otra pieza espera una sauna a 80 grados para zambullirse en un silencio cósmico, envuelto por una proyección de las imágenes obtenidas por el telescopio Hubble en un viaje lleno de fantasía y color. Duración: 15-20 minutos.

Creación del mundo animal, quinto día. En una caja flotante se oye progresivamente el canto de las ballenas, el trino de los pájaros, balidos, ladridos, rugidos, el ulular del viento. Y nuevamente, el silencio cósmico. Una sensación de levedad. Un estado onírico de flotación. Una suspensión acuatica producida por un baño de sales del Mar Muerto. Duración: 20 minutos.

El hombre, nosotros, fue creado el sexto día. Nosotros, los reyes de todo lo hecho y todo lo deshecho. Es el momento de las cremas, los lodos terapéuticos, las esencias festivas. Dura lo que el huésped quiera, al ritmo opcional de una videoinstalación.

Y al séptimo día descansó. Entonces se nos hace entrar en una sala de meditación y relax, apenas iluminada por una vela, que deja entrever un fresco proyectado con esa imagen a la que antes nos referimos: la Creación de Miguel Ángel, en el Vaticano.

¡Qué experiencia la de aquel día!