Las vacaciones chic en Centroeuropa tienen un destino claro: Baden-Baden y sus alrededores. Ya en el siglo XIX la aristocracia europea convirtió este destino en uno de sus favoritos para aislarse del mundanal ruido y rodearse de belleza y lujo (la propia Reina Victoria I de Inglaterra era una asidua). En la actualidad, sus selectos visitantes pertenecen a la aristocracia del cine e incluso cuentan con algunos ilustres nombres como el de Barack Obama.
Lo cierto es que no ha perdido ni un ápice de su hermosura y tanto la región como la ciudad de Baden-Baden han sido mimados y preservados para seguir ofreciendo la misma sensación de estar rodeados de belleza a sus visitantes. Queremos preparar una breve guía con los highlights de la región, para que en vuestra próxima visita no os perdáis ni una sola oportunidad de disfrutar con los cinco sentidos todo aquello que este enclave os puede ofrecer.
Empecemos por el entorno: la belleza natural de la Selva Negra es de cuento de hadas, pero antes de adentrarnos en lo profundo del bosque podemos empezar a tomar contacto con la naturaleza simplemente paseando por el Lichtentaler Allee, un encantador parque histórico a la orilla del río Oos. La siguiente parada al aire libre podría ser el Gönneranlage, un hermoso jardín en el que contemplar centenares de tipos de rosas, o Paradies, un bello jardín que emerge de entre bonitas muestras de arquitectura.
Una vez hecho el calentamiento con estos paseos, podemos adentrarnos en la frondosidad del bosque en busca de uno de los puntos más fotogénicos de los alrededores de Baden-Baden, las cataratas Geroldsauer Wasserfall. Tras disfrutar de la fauna y flora del lugar (que incluye especies autóctonas como el caballo de la Selva Negra), nada puede apetecer más que dejarnos cuidar en un templo del bienestar. Y es que Baden-Baden cuenta con multitud de balnearios (e incluso las ruinas de unas termas romanas ordenadas construir por Caracalla) que fueron reclamo para que artistas de otros tiempos, como Liszt o Brahms. En la actualidad es posible disfrutar de sus aguas en multitud de establecimientos, aunque para darse un baño de historia además del de salud, recomendamos Friedrichsbad, que combina el saber hacer de las termas romanas y de los baños irlandeses.
Tras haber reconfortado nuestro cuerpo, las opciones culturales y de ocio que nos ofrece esta ciudad tan chic son variadas. Proponemos hacer una parada en el Museo Fabergé en pleno casco histórico de la ciudad. Carl Fabergé diseñó joyas para la realeza y las clases altas europeas entre el siglo XIX y el XX (su obra más emblemática sin duda es la serie de huevos decorados que realizó para los zares de Rusia), dando rienda suelta a su excentricidad y su amor por las piedras preciosas.
En cuanto a la gastronomía, nos hallamos en el lugar perfecto para poder disfrutar de las delicias y la delicadeza de un restaurante galardonado con estrella Michelin. De hecho podemos escoger ya que son varios los establecimientos señalados por los expertos como excelentes. En la vecina localidad de Braiersbronn podéis visitar por ejemplo el Bareiss o el Schwarzwaldstube. Baden es además una comarca vinícola donde encontrar excelentes caldos de prestigio internacional, por no mencionar del placer de recorrer sus paisajes.
Si buscáis alguna emoción algo más fuerte, te proponemos una parada inexcusable que no puedes dejar de visitar cuando te decidas a visitar el rincón más aristocrático de Alemania. Hablamos de su espléndido casino, el Kurhaus Baden Baden: un auténtico templo del lujo al que puedes acercarte con la intención de jugar o simplemente por admirar la belleza de sus salones.
Pasear en coche de caballos por la ciudad también será una opción muy acertada si os inclináis por una noche más tranquila. En cuanto a la posibilidad de alojaros en lugares únicos, vais a encontrar donde elegir. Os proponemos tres entre los muchos con que cuenta la ciudad. Todos ellos aúnan confort y belleza y, aunque tienen personalidad propia, cada uno es muy especial a su manera.
El primero que mencionaremos es el Hotel Der Kleine Prinz, donde el magnífico edificio Art Noveau alberga guiños a la obra de Saint Exupéry, El Principito. El Hotel Belle Epoque será el siguiente que os recomendemos, solo por el placer de dormir en esta espléndida villa del siglo XIX donde además podéis degustar comida de la región magistralmente cocinada. Y por último, os sugerimos el Brenners Park-Hotel & Spa, con restaurante estrella Michelin incluido y situado junto al Lichtentaler Allee.
Si tan solo tenéis unas horas para recorrer la ciudad y no disponéis de tiempo para disfrutarla a fondo, sin duda encontraréis un placer pasear por sus calles y visitar sus boutiques de firmas internacionales. En cualquier caso, será una buena idea visitar esta región tan aristocrática y que permanece intacta y hermosa a pesar del paso del tiempo y que en cada rincón nos trae recuerdos de otras épocas, embellecidos por la pátina del tiempo.
Como ya es habitual desde hace décadas, Carlos III reunirá esta Navidad a los miembros… Leer más
Tener una camiseta firmada por Messi, Lamine Yamal o Xavi Hernández y además contribuir con… Leer más
En el corazón de La Mancha y con leche cruda de oveja se elabora el… Leer más
‘El Dalí más grande del mundo’. Ese el título elegido por el Teatro Fernando de… Leer más
El grupo Kering afronta 2025 con nuevos retos y entre sus planes estaría una reorganización… Leer más
Los príncipes de Gales por fin han publicado su felicitación de Navidad. El príncipe William… Leer más