Nacido en Georgia en 1981, Demna Gvasalia emigró con su familia a Alemania tras el comienzo, en 1991, de la guerra civil en su país. Estudió economía en la Universidad Estatal de Tbilisi antes de comenzar sus estudios en la Academia de Bellas Artes de Amberes. En 2009 ocupó el puesto de director creativo en Maison Margiela.
En 2013 Demna Gvasalia se instaló en Louis Vuitton. Lo hizo como diseñador senior de las colecciones de mujer bajo la dirección de Marc Jacobs y Ghesquière. Pero fue Vêtements, la firma creada junto a su hermano Guram, la que le llevó a dar el salto y obtener el reconocimiento internacional.
Vêtements comenzó su actividad en 2013. No obstante, su carta de presentación fue la colección Otoño-Invierno 2015/2016. Una línea que tuvo tal impacto en las esferas de la moda que los editores de las revistas más prestigiosas e incluso renombrados diseñadores mostraron interés por ella.
Vêtements se mostró como una de las firmas más representativas de la corriente minimalista de tipo antifashion. Sirva como ejemplo su muy comentada camiseta en la que utiliza el logo de DHL.
“Necesitábamos a alguien que respetase el legado de la marca, pero que inyectase una nueva visión en Balenciaga”, afirma Isabelle Guichot, CEO y presidenta de dicha maison del grupo Kering. Amante del minimalismo, sus prendas son sencillas pero renovadas, diferentes y con un toque especial.
Al entrar en la firma, Demna Gvasalia se enfrentaba a un complicado reto. En 2017 se celebraba el centenario de la creación de la firma, además del 80 aniversario de la apertura de su emblemática tienda de la Avenida GeorgeV, en París. Pero el éxito de las primeras colecciones bajo su dirección creativa afianzó el personal estilo de este diseñador de origen georgiano.
Georgia es un país soberano localizado en la costa del mar Negro, en el límite entre Europa Oriental y Asia Occidental. Su territorio, de 70.000 km2, está geográficamente más cerca de Asia pero cultural, histórica y políticamente se considera como parte de Europa. Hasta 1991 formó parte de URSS y comparte fronteras con Rusia, Turquía, Armenia y Azerbaiyán. Su capital es Tbilisi y cuenta con un enorme potencial cultural y turístico, histórico e incluso prehistórico.
Y es que tiene importantísimos hallazgos paleontológicos, pues en sus territorios habitó el homo erectus. El año pasado visitaron el país 7.5 millones de personas, el doble de la población de Georgia, y casi seis veces más que las que lo hicieron en 2008. Lo hicieron atraídos por su arte, gastronomía, playas y sus montañas del Cáucaso.
Situada a más de 3 horas de avión de París, cuna por excelencia de modistas y diseñadores, la escena emergente de Tbilisi se erige como perfecto caldo de cultivo para talentos como Demna Gvasalia. En su línea se sitúa también David Koma, que capitanea la firma Thierry Mugler y su propia marca, con sede en Londres.
Estos dos nombres son las cabezas más visibles de un entramado creativo mucho más amplio y profundo. Uno que sitúa a la región caucásica en el mapa de la industria y que incluye a otros diseñadores de nombre impronunciable. Es el caso de Tskvitinidze, Maia Gogiberidze o Lako Bukia.
Solo hay que analizar la cantidad de titulares que las revistas especializadas han dedicado a Tbilisi Fashion Week (una de las dos semanas de moda que transcurren en la capital georgiana) para confirmarlo. Las influencias del país -procedentes tanto de Oriente como de Occidente por su localización geográfica- y su manufactura local, son dos de los aspectos que muchos señalan como responsables de su incipiente y creciente éxito en la industria de la moda.
Balenciaga, perteneciente a Kering, ha aportado al grupo fantásticos resultados. Tanto en 2017 como en el primer trimestre del presente ejercicio. Los ingresos consolidados de Kering en el primer trimestre de 2018 fueron de 3.107 millones de euros, un aumento del 27,1 % según lo informado y del 36,5 % sobre una base comparable. El grupo mantuvo su impulso de ventas sobresaliente en el primer trimestre. Bajo su nuevo perfil centrado en exclusiva en el lujo (recordemos la venta de sus acciones de Puma), claramente superó un mercado que sigue estando bien orientado.
Gucci, Saint Laurent y Balenciaga marcaron una gran diferencia dentro de este grupo líder de la industria, que generó un fuerte crecimiento en general. «En el balance del año, enfrentamos una alta base de comparación y un entorno monetario difícil, pero confiamos en la capacidad de nuestras maisons para conseguir que continúen desenvolviéndose mejor que sus pares, aprovechando su capacidad de innovación y audacia creativa.», indicó François-Henri Pinault, Presidente y CEO.
Se manifiesta un crecimiento orgánico saludable, bien equilibrado entre regiones, nacionalidades y canales de distribución. De esta manera Gucci experimentó un espectacular camino de crecimiento continuo (hasta 48,7 % sobre una base comparable). Las ventas sostenidas aumentan en Yves Saint Laurent (hasta 19,6 % en una base comparable). Continúa la implementación del plan de acción estratégico de Bottega Veneta que le ha permitido crecer, aunque levemente (0.7 % en una base comparable). Por último, notar un crecimiento muy fuerte para las que Kering llama “otras maisons” (hasta un 37,9 % en base comparable), impulsado por un impulso excepcional de Balenciaga.
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