El robo más grande de la historia

Hace pocos días se producía en Londres el mayor robo de joyas de la historia de Inglaterra, nada más y nada menos que 275 millones de dólares.

Cuando un joyero cierra su tienda en los puentes o vacaciones, siempre le asaltan la incertidumbre y el miedo por lo que se puede encontrar a su regreso. Estos periodos vacacionales suelen ser el momento perfecto para los grandes robos. Pero en este caso resulta mucho más desconcertante, ya que el robo se ha producido en uno de los lugares considerado de los más seguros del mundo.

Un robo de película que en Hollywood protagonizarían grandes actores como George Clooney, Brad Pitt o Matt Damon. Esta vez se trata de un hecho real, los ladrones no han dado un golpe contra una joyería en concreto sino contra la cámara acorazada del Hatton Garden.

Hatton Garden es el epicentro de la joyería de Londres, el Baselworld de Inglaterra, pero con un show diario. Hatton Garden es la bolsa o centro de comercio de diamantes británico y uno de los más conocidos del mundo junto con la bolsa de diamantes de Amberes. Más de 300 empresas y más de 55 joyerías, a lo que hay que añadir generaciones de expertos joyeros, diseñadores y lapidarios.

Por mis conocimientos en el mundo de la joyería he de dejar claro que éste no es un robo cualquiera. Se trata sin duda de un trabajo de profesionales, quizá Los Panteras Rosas, banda que ha dado los golpes más importantes de los últimos años. Un robo que ha tenido que ser preparado durante meses, por no decir años, y que casi seguro ha contado con la colaboración de alguien de dentro, que conoce muy bien los entresijos de seguridad de una de las cámaras acorazadas más seguras del mundo.

Según los medios ingleses, aprovechando el cierre vacacional de Semana Santa, los ladrones hicieron un butrón desde el edificio de al lado, accedieron al hueco del ascensor e introdujeron herramientas pesadas como lanzas térmicas de última generación. Un guarda de seguridad escucho la alarma, pero después de comprobar que todo estaba en orden desde el interior considero que se trataba de una falsa alarma.

Los ladrones profesionales seguro que contaban con esta “falsa alarma” y esperarían a que ésta se produjera para comenzar a abrir la cámara acorazada como si se tratara de una lata de sardinas. Hasta aquí se puede tratar de un robo bien preparado, pero lo que hace pensar en la colaboración de alguien de dentro es que no sólo consiguieron superar todos los sistemas de seguridad, sino que además se llevaron los discos duros con las grabaciones de las cámaras de seguridad. Sin duda un trabajo digno de la Pantera Rosa y un golpe que probablemente veamos en las pantallas de los cines de todo el mundo.