Mil años de la Mille Miglia

El mundo del automovilismo y en especial las carreras de coches siempre han tenido una estrecha relación con los guardianes del tiempo. Ningún amante de la velocidad puede narrar la historia del automovilismo sin mencionar contadores de tiempos y en especial, cronógrafos de precisión suiza.

Los grandes certámenes como Mónaco, la Indy5oo o el Paris Dakar son iconos de innovación, precisión y altas prestaciones, pero la Mille Miglia es sin duda una de las carreras más bellas y románticas del mundo, porque se encuentra a medio camino entre el pasado y el presente, entre el clasicismo y la innovación, entre la competición y el arte. Una histórica prueba que cada año recorre mil millas por tierra de emperadores, desde Brescia a Roma, pasando la famosa Bologna, y que gestó el nacimiento de uno de relojes cronógrafos deportivos más icónicos y reconocidos de todos los tiempos, el Chopard Mille Miglia.

Todo comienza en 1988, cuando el joyero y relojero suizo Chopard se convirtió en patrocinador y cronometrador oficial de la célebre carrera. Esta unión será el punto de partida de una colección de relojes muy apreciada. La colección Mille Miglia se distingue por sus relojes masculinos y deportivos, unas auténticas mecánicas de precisión con un aire elegante, que encarnan el espíritu de la mítica competición. Cada año, con motivo de la carrera, Chopard presenta una serie limitada de unos relojes inspirados en esos legendarios bólidos. Este año, los pilotos y los aficionados descubrirán el modelo Mille Miglia 2017 Race Edition.

Elegante y moderno, este nuevo reloj posee una legibilidad óptima y una precisión certificada por el COSC, dentro de una impresionante caja de 44 mm, sumergible a 100 metros y realzada por unas correas de inspiración Racing con un toque de color. Decididamente deportivo, funcional y elegante, el Mille Miglia 2017 Race Edition forma parte de una edición limitada que lleva la carrera inmersa en su movimiento de 28.800 alternancias/hora y certificado COSC.