Hoy el hombre compra más moda, pero con una premisa: ahorrar tiempo y dinero. Este es un cambio claro de tendencia, producido, sin lugar a dudas, por la crisis que hemos vivido durante casi una década y que ha dejado tras de sí un nuevo modelo de consumo menos impulsivo y más racional. Esto se nota no solo en la moda, sino que ha trasladado a todos los ámbitos de consumo, incluida la alimentación (antes se hacía la compra una vez al mes, y ahora se va al súper uno o dos días a la semana).
El ordenador es un gran escaparate global y las redes sociales son cada día más influyentes. Nadie sale de compras sin haber mirado modelos y precios en Internet para terminar, sobre todo en el caso de los hombres (más reticentes a la compra online) acudiendo a las tiendas físicas haciendo uso del conocido como webrooming. No obstante, también sucede el proceso al revés. Es decir, que también hay quienes prefieren empaparse del proceso de compra (acudir a la tienda, probarse tallas, comprobar colores, etc.) para acabar comprando online desde su casa y, en muchos casos, aprovechando descuentos no disponibles en las boutiques tradicionales. Es lo que actualmente conocemos como showrooming (mirar en un canal para acabar comprando en el otro).
El modelo fast fashion ha impulsado las ventas entre los hombres. Hemos pasado de las clásicas colecciones de otoño/invierno y primavera/verano, a renovar el armario una vez al mes y, en ocasiones, cada quince días debido a las colecciones cápsula de muchas firmas. En cuanto a productos, debido a la época en la que nos encontramos (comienzan las bodas, las comuniones, los bautizos, las graduaciones…) sube considerablemente la venta del traje y la americana. Ésta es la prenda exterior más vista y que permite variar el tono de nuestra vestimenta (más seria o más informal dependiendo del dress code o del tipo de evento).
En cualquier caso, el precio se ha convertido casi en una obsesión a la hora de comprar. Esto se acentúa cada vez más debido a las políticas de las grandes marcas de distribución textil que han revolucionado el mercado bajando los precios y confundiendo al cliente. Éste ha pasado de valorar la calidad de la prenda, su confección, sus materiales, su lugar de fabricación y su diseño a decantarse por la adquisición de productos baratos que carecen de todas estas virtudes.
Esto se traduce en la supervivencia de grandes marcas y su ubicación en grandes centros comerciales en detrimento de muchas enseñas locales que también generan riqueza y puestos de trabajo en nuestro país. Internet da los mejores precios, ofrece productos de rebaja todo el año y esto también hace difícil la supervivencia de las pequeñas tiendas físicas.
Los reyes Felipe VI y doña Letizia han cerrado su semana de actos oficiales en… Read More
Las grandes compañías de lujo han arrancado el año con incertidumbre. Kering ya vaticina caídas… Read More
El Palacio de Buckingham estaría preparando un funeral para Carlos III. Si bien públicamente no… Read More
Tal y como ha comunicado la propia empresa, las ventas preliminares de adidas aumentaron un… Read More
El consumo de vino 0,0 está creciendo de forma imparable. Cada vez son más los… Read More
El éxito empresarial se consigue de distintas maneras y muchas de ellas, si no todas,… Read More
Este sitio utiliza cookies para prestar sus servicios y analizar su tráfico. Las cookies utilizadas para el funcionamiento esencial de este sitio ya se han establecido.