Vacheron Constantin ha creado una nueva obra maestra de la relojería. Se trata del reloj ‘Les Cabinotiers: la gran complicación de Berkley’, una máquina repleta de innovación y arte que presume de ser el reloj con más número de complicaciones del mundo. En concreto 63, superando así el récord que ya ostentaba la casa con la referencia 57260, con 57.
Y es que todas se han armonizado en un imponente reloj que tiene apariencia de los clásicos de bolsillo. El cronógrafo es de fracciones de segundo; las fases lunares son extremadamente precisas, sin corrección en 1027 años; el segundero pequeño es retrógrado con compensación del tiempo necesario para que la aguja regrese; el tourbillon tiene tres ejes de rotación; el mapa del cielo gira según el día sidéreo (es decir, 23 h, 56 m, 4,09 s); y el indicador día/noche del segundo huso horario está grabado con una proyección polar azimutal que ofrece una perspectiva geográfica original.
De hecho, esta pieza casi de museo es toda una proeza técnica. De hecho, han sido necesarios once años de desarrollo y mucho ingenio para hacerla realidad. Cuenta con 2.877 componentes, 245 rubíes, 31 agujas y 9 discos que le hacen único. Además, por primera vez incorpora un auténtico calendario chino perpetuo.
Los tres relojeros tuvieron que modelar el calendario mediante algoritmos, luego trabajaron para transcribirlos en un mecanismo programado hasta 2200 capaz de seguir las irregularidades de un calendario cuyos años, como los meses lunares, tienen duraciones diferentes.
Además de esta hazaña de un reloj programado hasta 2200, los relojeros de Vacheron Constantin llegaron incluso a ofrecer la visualización en un disco de la fecha precisa, pero variable por definición, del Año Nuevo chino, lo que constituye otra hazaña en sí misma.
Pero si la creación de la pieza requirió años de desarrollo debido a su complejidad, no debemos olvidar el tiempo dedicado a la decoración y al acabado del mismo. Y es que el reloj con más complicaciones del mundo tiene 2.877 componentes y todos se integran de forma magistral en una caja de oro blanco de 98 mm de diámetro y 50,55 mm de grosor que pesa aproximadamente un kilo.
La corona de cuerda se completa con una ventana en el medio protegida por un cristal de zafiro. Esta permite visualizar la posición de la corona en modo de cuerda o ajuste de la pieza. En el frente, la esfera ofrece dos tipos de acabado: opalino plateado y opalino rayos de sol. Y mientras, la parte trasera tiene el mismo tono opalino plateado.
Sin embargo, esta proeza técnica no está a la venta, pues ya tiene dueño. Berkley Grand Complication es el nombre de la pieza, pero también hace referencia al de su propietario. Es el dueño de la compañía de seguros W.R. Berkley Corporation y un apasionado de los relojes que atesora una enorme colección. Suya es la referencia 57260, que tenía el récord de complicaciones, incorporando un calendario perpetuo hebreo, y que ahora ha conseguido superarlo.
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