Pues habrá que colgar la bola de espejos en el recibidor y buscar en Spotify las mejores listas de los Bee Gees o Marvin Gaye. Llegan la tendencia seventies de la mano de la película “La gran estafa americana”, un auténtico desfile de moda de los 70 que ha colapsado las mejores tiendas vintage de todo el mundo.
Escotes de vértigo, enormes gafas de sol, pantalones de látex, plataformas, botas hasta el muslo y cuellos de piel nos retrotraen a aquel mítico local de la 54 Oeste en Manhattan en el que se sumaban y multiplicaban todas las tendencias y todos los excesos. Allí se creó, se diseñó, se bebió, se fumó y se transgredió con todo lo que el hedonismo de cada uno era capaz de asumir. La película de David O. Rusell, que está nominada a diez categorías en los próximos Oscar, tiene todos los números para que Michael Wilkinson se lleve la estatuilla al Mejor Diseño de Vestuario.
Salir del cine y querer comprarse un vestido de Diane Von Furstenberg o un bolso de Gucci es todo uno. ¿Y ellos? Siempre tienen la opción de la pajarita XXL para impresionar en una cena con amigos o una camisa con cuello hasta los hombros en el más puro estilo del Travolta de “Saturday Night Fever”.
El estilo de los felices, alegres y desmadrados 70 va a llenar las pasarelas y las calles. Y sino, al tiempo. ‘La gran estafa americana’ marca tendencia desde el mismo día de su estreno y no habrá mujer que se resista –ni hombre que cierre los ojos- a lucir uno de los espectaculares escotes que lleva Amy Adams. El vestido de cuero de Halston que pasea la actriz por las calles de New Jersey es tan impresionante como las maxi gafas de Dior o el “Bamboo Bag” de Gucci. Por no hablar de las melenas rizadas, de los flequillos ladeados masculinos o de las gamas de colores en cada párpado.
Canta Donna Summer “Last dance”, “I feel love” y “Bad girl”. Dalí se toma una copa con una púber Brooke Shields. Bianca Jagger pone morritos y Andy Warhol se contonea junto a Truman Capote. Gira la bola de espejos hasta este 2014 en el que empieza a haber ganas de fiesta y a ver la luz al final del túnel. La moda apuesta por el polyester, el print animal, los pantalones campana y un punto de exceso y, como en “La gran estafa americana”, homenajear a la clase trabajadora que vivió a lo grande en los 70.
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