Día de los Inocentes: ¿Qué se oculta detrás de las bromas?
Además de ponernos de buen humor, bromear tiene un propósito adaptativo y sirve para comunicar mucho más que un chiste
Como cada 28 de diciembre, hoy celebramos en España el Día de los Santos Inocentes, una fecha navideña muy aplaudida por bromistas y chistosos, que suelen aprovechar para gastar alguna inocentada de mayor o menor gusto a la gente de su entorno. Si bien es una jornada divertida y pensada para poner a prueba tanto nuestra ingenuidad como nuestra paciencia, su origen histórico no tiene nada de divertido.
En todo caso, en la realidad de nuestros días, bien podemos aprovechar el Día de los Inocentes para utilizar el humor como bálsamo con el que olvidar parte de nuestros problemas o, al menos, aliviar nuestro estrés en relación al Covid. Descubre por qué el humor es importante en nuestras vidas, cómo utilizarlo a tu favor y, sobre todo, cómo gastar bromas sin molestar a los demás.
¿Por qué celebramos el Día de los Inocentes el 28 de diciembre?
El principio de esta tradición se remonta a la historia bíblica, aunque hay pequeñas discrepancias en cuanto a las fechas, en función de las religiones. En nuestro caso, y en el de la mayoría de los países latinos, obedece a una celebración de la iglesia católica. En ella se recuerda el día en que Herodes el Grande ordenó la matanza de niños con el fin de evitar que el Mesías, a punto de nacer, terminara con su reinado.
Así rezaba la profecía, en la que jugaron un papel importante los reyes magos de Oriente. Estos, por su parte, se comprometieron con Herodes de que lo avisarían cuando dieran con el paradero del niño Jesús. Sin embargo, no lo hicieron, engañando de este modo al monarca. Éste decidió liquidar el problema “liquidando” literalmente a todas esas criaturas menores de dos años en las medianías de Belén.
Inocencia e ingenuidad, claves del Día de los Inocentes
La tradición católica comenzó celebrando la onomástica con festejos para recordar a los niños inocentes que fueron asesinados. Sin embargo, con el tiempo, la fiesta fue evolucionando hasta quedarse con el lado de la celebración de la ingenuidad; tal y como la mostró Herodes, confiando en que los reyes magos le avisarían de dónde estaba Jesús.
Como resultado, en la actualidad, el día 28 de diciembre es frecuente que se gasten bromas, no sólo en el ámbito familiar y de amigos, sino incluso en los medios de comunicación, que pueden llegar a dar noticias falsas haciéndolas pasar por reales. Eso sí, son bromas que después se desmienten, al contrario que las abominables fake news. Vengan de donde vengan las bromas, uno debe estar pendiente, no sea que le gasten alguna inocentada y caiga en la trampa de la ingenuidad.
Por qué el humor es importante en nuestras vidas
Al margen del Día de los Inocentes, las bromas y el sentido del humor son esenciales en la vida, y cumplen un papel adaptativo para poder sobrellevar los malos momentos:
- A través del humor provocaremos la risa, un gesto reflejo que surge espontáneamente ante emociones positivas de alegría y diversión, pero que además es bidireccional. Es decir, un sentimiento alegre puede provocar una sonrisa, pero sonreír (hacer el gesto) también terminará por producir una emoción positiva.
- Cuando uno se ríe produce endorfinas, que son unas sustancias naturales del tipo opiáceas, relacionadas con el placer, la felicidad, y la evitación del dolor.
- Con humor se pueden expresar ideas incómodas que, dichas de otra manera, resultarían hirientes al ser difíciles de decir de forma directa.
- ¿Alguna vez le has dicho a alguien “es broma” tras observar su mala cara ante algo que has dicho? Socialmente las bromas están aceptadas y siempre podremos usarlas como “comodín” para que alguien no se sienta ofendido por algo que hemos dicho.
- A nivel cultural, el humor y la comedia pueden ayudar a expresar temas tabú y problemas e invitar a la reflexión sin hacer acusaciones particulares, quedándose en la crítica social.
- El sentido del humor bien expresado denota inteligencia y da alas a la creatividad.
- Es muy importante aprender a reírnos de nosotros mismos. Es una forma de autocompasión con la que nos concedemos el permiso para equivocarnos de vez en cuando, como todo el mundo, sin hacer de ello un drama.
Cuándo las bromas se convierten en pesadas o inoportunas
Usar el humor y bromear no sólo es bueno y divertido, sino socialmente aceptable, si bien tiene algunos “peros”. Estos tienen que ver con el alcance de la broma y, fundamentalmente, con las intenciones que se tengan.
Cuando las intenciones no son buenas, el humor y el ingenio se pueden transformar en un sarcasmo hiriente. Esta forma de humor es narcisista y busca el generar admiración en los demás a costa de la vejación de otras personas. Es especialmente nocivo practicarlo con niños y en el contexto escolar, ya que se podría entender como forma de bullying, a veces expresado a través del propio profesor.
Otra forma de broma cruel es aquella con la que se juegan con las ilusiones de la otra persona. Por ejemplo, hacerle pensar a alguien que le ha tocado la lotería podría ser una broma molesta, pero no cruel. Sin embargo, hacerle creer que ha encontrado trabajo tendría muy mal gusto.
En general, una broma dejará siempre de serlo en el momento en que se inflija un dolor evidente al otro: ya sea físico o emocional. Es decir: si alguien se tropieza a todos se nos escapa la sonrisa, pero cuando veamos que se ha roto una pierna el asunto debería dejar de ser divertido.
¡Feliz Día de los Inocentes!