Día Internacional contra la violencia de género

El 25 de noviembre es la fecha establecido por la ONU para conmemorar el Día Internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, más conocida como violencia de género. Parece mentira que sea así, pero, a pesar de toda la lucha contra el machismo, éste se sigue produciendo entre las generaciones más jóvenes.  La violencia de género entre adolescentes es, lamentablemente, una realidad en nuestros días, por más que nos sorprenda y cueste reconocerlo.  ¿Cómo atajarla? Lo primero será identificar los nuevos modelos sociales que influyen a los adolescentes, así como sus fuentes, que son fundamentalmente audiovisuales. Y lo segundo, conocer cómo materializan esos aprendizajes machistas en nuestros días en el marco digital y de internet.

Los adolescentes reproducen lo que ven

Los adolescentes están recibiendo constantemente mensajes misóginos a través de los diferentes canales: las canciones que escuchan, las series de televisión, películas, e internet, donde los patrones de desigualdad están a la orden del día. Sus modelos de referencia son los de dominio y sumisión, en lugar de tener ejemplos de relaciones de pareja basadas en el afecto, el amor y el respeto.

Ejemplos de ello hay muchos. El más obvio quizá es la música de reguetón, cargada de mensajes misóginos y machistas, en los que la mujer se presenta como un mero instrumento sexual para el hombre, o más bien “macho”.  Estos mensajes no sólo no son reprobados por nadie, sino que las propias niñas preadolescentes e hipersexualizadas ya los bailan y canturrean en Tik Tok sin ningún pudor, sin saber siquiera lo que dicen.

Las series favoritas de los adolescentes también vienen cargadas de mitos y de exageraciones sexuales que se normalizan y que después ellos mismos tratarán de reproducir, para vivir pasiones intensas y parecerse a los protagonistas a quienes tanto admiran.

La violencia de género digital: la nueva realidad de nuestros días

Las nuevas tecnologías son uno de los nuevos escenarios para ejercer la violencia en nuestros tiempos. De hecho, la violencia de género digital se ha convertido en una forma habitual de relación entre las parejas adolescentes, basada fundamentalmente en el control del chico a la chica. Este control será psicológico y abusivo, siempre buscando el conocer lo que hace la niña en todo momento, alejándola cada vez más de sus fuentes sociales de amigos y familiares.

Las campañas actuales contra la violencia machista entre adolescentes inciden en la lucha contra el control misógino ejercido de forma digital, habitualmente a través del móvil y los distintos canales de mensajería instantánea.

El círculo vicioso del maltrato

Uno de los problemas más importantes que se observa entre los jóvenes es la normalización de esos comportamientos inquisitorios y de control. Entre estos, destacarán el saber dónde está la chica y con quién en todo momento, a qué hora llega a casa o qué ropa se ha puesto. La reprobación de alguna de estas cosas por parte del novio podría suponer toda una afrenta para él, con consecuencias graves para ella. Esto es: exigencia de explicaciones, insultos, amenazas y vejaciones en forma de una gran bronca que terminará, al final, con una gran reconciliación en la que él le explique que “lo hace por ella” y que “quién la va a querer más que él”.

La frecuencia de estas dinámicas puede ser tan habitual que lleve a aprendizajes erróneos sobre lo que es y no esperable dentro de una relación. Repetidas en el tiempo, harán que la chica llegue a creer que son normales, e incluso que son una prueba de amor, dada la intensidad amorosa de la reconciliación. Sin embargo, lo único que prueban es una forma de acoso moral y digital, que en muchas ocasiones se materializa en la vigilancia y monitorización del móvil de la chica, a veces sin que sea consciente de ello, a través de apps ilegales.

Especial atención al abuso sexual

-Las parejas adolescentes que basan su relación en un modelo machista con frecuencia expresan la sexualidad también a través de roles de dominación y sumisión.

-En casos de ruptura de la pareja podría desembocar en la conocida como “pornovenganza” o del chantaje, sobre todo si ha existido sexting entre ellos.

-Cuando las relaciones tortuosas terminan por parte de la niña podría producirse un deseo de venganza materializado a través del ciberbullying y el acoso por texting.