“¿Cuántos sexos hay?”, le pregunta una madre de 42 años a su hijo de 12, sabiendo que, en este punto de su vida, él ya sabe el doble que ella sobre estas cuestiones. La respuesta correcta no son dos, ni tres ¡sino cuatro! Pero podrían ser hasta cinco, si nos ponemos muy técnicos con los conceptos y el diccionario de la comunidad LGTBI. El niño responde así: “Están los hombres, las mujeres, los intersexuales y los queer”. El quinto tipo de sexo serían los hermafroditas, que no son exactamente igual que los intersexuales.
El caso es que ahora todo es más complicado, además de mucho más extenso. Y cuidado, porque quizá hayamos mezclado conceptos como la orientación sexual, el sexo biológico o la expresión de género. Al hablar de sexo ya no nos referimos únicamente a su ejercicio ni a quienes lo practican, o a lo que los usuarios prefieran hacer. Ahora contempla un nivel mucho más amplio y casi holístico de la persona dentro de su entorno cultural y social.
La pedagogía sexual propuesta por la educación pública abarca todo, y comienza con el reconocimiento, el respeto y valoración de la diversidad sexual, familiar, corporal y de expresión e identidad de género. Además, se justifica como una cuestión de derechos humanos.
Después de la exhumación de Franco, otra de las prioridades del gobierno tras su composición ha sido siempre la de fomentar la igualdad. Pero no sólo en materia de género, de ser hombre o mujer, o de feminismo para terminar con esos “techos de cristal” bajo los que nos encontramos las mujeres. También en materia de sexo. De hecho, la educación sexual actual es una especie de saco que contempla todo lo que se ha dado en llamar “diversidad”.
Ejemplo de la importancia otorgada al tema es la reciente presentación de la guía Somos Diversidad, un manual dirigido a maestros y educadores, con el fin de proporcionarles extensa información sobre el tema. Incidiendo, sobre todo, en actividades y ejercicios formativos de sugerentes nombres como Explorando nuestra vergüenza, Sopa lésbica o El armario gay.
Desde algunos grupos feministas se considera, sin embargo, que la guía Somos diversidad perpetúa los estereotipos y el sexismo, por suponer una imposición ideológica perniciosa para el menor, además de un “ataque frontal” a la figura de la familia. Los detractores están siendo especialmente activos en Twitter. Bajo el hashtag #IreneTenemosQueHablar, se critica a la ministra en asuntos como el de esta guía y el planteamiento de la futura Ley trans. Según ésta, se eliminarán los requisitos médicos hasta ahora exigidos para el reconocimiento legal del cambio de sexo en el registro civil.
El miedo fundamental es que, con el cambio, se interfiera con la ley de violencia de género, restándose protección a la mujer, en el caso de que su agresor, gracias a esta nueva ley, cambiara de sexo para librarse de las consecuencias de la violencia machista.
El tema LGTBI es amplio y no para de generar debate en relación a que sean conceptos a incluirse dentro de la formación lectiva. A continuación se describen algunos de los conceptos más importantes y más desconocidos:
Se refiere a la atracción física, amorosa o emocional, que se puede sentir hacia los distintos géneros.
Por identidad se habla del género con el que uno se identifica, íntimamente, y que podrá coincidir o no con el sexo biológico al nacer.
Cómo manifiesta cada uno el género a través de su forma gestual, de vestir o de actuar. Incluiría, por ejemplo, los amaneramientos o el disfrazarse del otro género.
Contempla la anatomía sexual y la representación corporal más allá del concepto binario hombre-mujer.
Se considera que el sexo se asigna en base a la percepción de los genitales del neonato, pero algunas personas no encajan en la dualidad de hombre o mujer
En este caso, existe correspondencia entre la identidad de género de la persona y el sexo que le fue asignado al nacer
Contrariamente al cisgénero, los trans no construyen su identidad en torno al sexo biológico que se les atribuyó al nacer, con independencia de que se lleguen a tratar médicamente con hormonas y/o intervenciones quirúrgicas
Estas personas poseen tanto un espíritu femenino como uno masculino. El género se considera más bien como un contínuo en el que se incluyen conceptos como identidad, orientación y roles sociales
Este término y concepto surge en Tehuantepec, una región de México, y define al Muxhe como un tercer sexo a medio camino entre ser hombre o mujer. Se trata de una persona nacida con genitales masculinos pero que actúa, viste y se comporta como una mujer.
Define las situaciones en las que hay no hay un ajuste entre la anatomía sexual del individuo y los estándares culturalmente definidos y aceptados para el cuerpo masculino o femenino.
Los queer son aquellos cuya identidad de género no se incluye exactamente dentro del binomio hombre o mujer.
Puedes descubrir más categorías y ampliar información en este esquema con la terminología LGTBI de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
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