Rihanna reinventa Puma

Rihanna es mucho más que una cantante conocida mundialmente. Desde hace un año es la directora creativa de PUMA, la marca de moda deportiva de lujo del Grupo Kering. François-Henri Pinault fichó a la artista en un intento por reactivar las ventas de la compañía alemana tras ocho años de caídas consecutivas y con medio consejo de administración filtrando noticias sobre su posible venta. De hecho, según las estimaciones de los analistas, las ventas de Puma en el 2020 será parecidas a las del 2007 -fecha en que Puma fue comprada por Kering-.

De momento ni el fichaje de Usain Bolt ni la llegada de Rihanna se están notando en un incremento sustancial de las ventas, aunque sí han conseguido ‘volver a poner en el mapa’ a la marca que tiene un valor de mercado de unos 3.100 millones de euros. Cuando Kering -entonces PPR- compró Puma en 2007 pagó 5.300 millones, por lo que los expertos se empiezan a preguntar si la operación tendrá en algún momento visos de ser rentable.

Pero mientras las noticias se suceden, lo cierto es que en Nueva York Rihanna ha ‘echado el resto’. Su colección para el próximo otoño/invierno está rodeada de siniestra energía, en la que combina por primera vez calzado, ropa y complementos ¿deportivos? de lujo envueltos en pieles en una pasarela inspirada en un anochecer ártico.

Rihanna dice haberse inspirado en la cultura de la calle japonesa de hoy en día pero sin olvidar la tradicional. Se trata de la primera colección de prêt-à-porter desde que Rihanna se incorporó al universo Kering en diciembre de 2014. Desde entonces sólo había diseñado colecciones cápsula al tiempo que se hacía «con el conocimiento de la empresa».

Mezcla de la influencia cultural nipona con tintes góticos y volúmenes exagerados, en una colección en la que se difuminan los estereotipos de hombre/mujer porque «los tiempos están cambiando». Rihanna introduce un reinventado traje del kimono, vestidos y monos. Su primera colección juega con la creación de formas exageradas con tops de manga larga, chaquetas y sudaderas con capucha y voluminosos cuellos. La pregunta es obvia: ¿Qué tipo de deporte practicar con este atuendo?

«Esta colección no es sólo una representación de lo que soy y cómo me visto, sino también empuja los límites de lo que quería crear con PUMA», aseguraba al finalizar el desfile. Está por ver si esta nueva ‘vuelta de tuerca’ en la vida de la multinacional de origen alemán tenga éxito en las tiendas. Puma se reinventa como una marca para millennials deluxe, que combinará sus habituales zapatillas deportivas con cazadoras de piel y pantalones de napa pegados al cuerpo. Una forma distinta de pensar en el ‘casual sport deluxe’.