Un hotel de Alta Costura
Los hoteles de lujo buscan a los grandes diseñadores de moda para activar sus ventas.
Muchas de las grandes firmas de moda y diseñadores como Moschino, Versace, Missoni, Dolce & Gabbana, Armani, Ferragamo o Lacroix, no solo nos enseñan sus obras de arte encima de las pasarelas, ahora también nos hacen soñar con espectaculares decoraciones y diseños excéntricos en hoteles de diseño y de gran lujo. De todos los estilos y en todos los destinos que se les presentan, los grandes dejan clara su seña y nos trasladan a escenas fantásticas mientras los hoteleros llenan sus estancias.
Los destinos crecen en encanto si conseguimos alojarnos en alguno de estos hoteles. Y los hoteles dejan de ser de lujo para convertirse en iconos del diseño y la moda. Con su lujo y glamour nos transportarán a escenas dignas de nuestros sueños. La Alta Costura no tiene una preferencia fija por los destinos y esparce sus creaciones por hoteles de todo el mapa.
Un buen ejemplo de la unión de la moda y el turismo es la Maison Moschino, en el centro de Milán. La que fuera una estación de trenes en el Milán de 1840, es hoy uno de los más exclusivos hoteles de la ciudad, en el barrio más trendy, en Corso Como Garibaldi, en el mismo corazón de la capital de la moda italiana.
Un edificio neoclásico por fuera que sorprende con un interior que nos transporta a mágicos cuentos de hadas. Sus decorados surrealistas de las 65 habitaciones son pura fantasía. El concepto de la alta costura aplicado a decorados de zonas comunes y habitaciones da como resultado un lugar para soñar lleno de fantasía. Ideal para perfiles fashionistas, románticos y bohemios.
Alojarse en un hotel que encierre las esencias de la ciudad que lo acoge es quizás la mejor manera de adentrarse en el terreno. Por eso la Maison Moschino se me antoja una opción inmejorable para sumergirse en todo lo que Milán representa: moda, diseño y sueños.
En el barrio de moda y dedicado al diseño de Milán, La Maison abrió con la idea de introducir al invitado en el mundo Moschino, en su universo de patrones y telas. Blanco y radiante es el vestíbulo,en el que se exhiben elementos para soñar: vestidos-lámpara, sillones con forma de flor, nubes en el techo… Todos los diseños están a la venta a precios de escándalo, como los cojines tarta por 550 euros o las colchas de pétalos de rosas por 6.500 euros. Las habitaciones se adaptan al espacio de las estancias originales y aunque con techos altos, son algo estrechas. Por esa necesidad de metros cuadrados es por lo que el hotel no ha logrado la quinta estrella.
Aun así, el hotel es un capricho que te transporta a un mundo mágico. Una de sus habitaciones está dedicada al oro y tanto sus paredes como la colcha de la cama son doradas. Otra está presidida por un cabecero con forma de vestido de terciopelo colgado de una percha gigante. Las hay que parecen un bosque y las que por mesas tienen tazas de té, al estilo Alicia… Dieciséis tipos distintos para elegir.
Para completar la estancia, el restaurante, Clandestino Milano, un local afamado en Milán al que acuden quienes quieren ver y dejarse ver. Mantiene el estilo del hotel y su cocina minimalista es muy cuidada y de primer nivel con cubiertos que rondan los 70 euros. El Hotel también cuenta con spa y servicios dignos de un hotel de Gran Lujo. La noche en una habitación doble ronda los 400€.