LVMH no para de comprar empresas
La última adquisición es una bodega de lujo francesa, Chateau d’Esclans, establecida en la pintoresca región de Var, al sur de Francia.
Moët Hennessy, la unidad de vinos y licores de LVMH ha salido de compras. El trasatlántico del lujo francés con ramificaciones en prácticamente todos los sectores no para de hacer compras. Si hace unos días conocíamos que, al final, ha comprado la icónica joyería Tiffany & Co, este lunes nos desayunamos con la adquisición de una gran bodega francesa. Moët Hennessy compra el 55 % de Chateau d’Esclans, un productor de vino rosado en la pintoresca región de Var, en el sureste de Francia.
Chateau d’Esclans, la Provenza Rose no es un vino cualquiera. Es líder en ventas en el siempre complicado y competitivo mercado estadounidense. Y con esta compra el grupo francés incrementa su abundante cartera de bebidas de lujo. LVMH Moët Hennessy anunció que se desharía de sus marcas que no estuvieran centradas en el lujo y que iniciaría una política de compras selectivas.
Una política que le está dando buenos resultados. La unidad de negocio de LVMH de bebidas es una de las más rentables del grupo. Su crecimiento en ventas es espectacular sobre todo en Asia y en Estados Unidos. A la espera de los resultados anuales del grupo que conoceremos en enero, los últimos consolidados presentado por el grupo ya fueron «espectaculares» tal como analizó en estas mismas páginas Miguel Angel Abad.
La finca de Chateau d’Esclans se extiende por 267 hectáreas, de las cuales 74 hectáreas están plantadas con viñedos AOP Cotes de Provence, que se ampliarían en 60 hectáreas. Como accionista mayoritario, Moët Hennessy trabajará junto a Sacha Lichine, presidente de Château d’Esclans, que seguirá supervisando la propiedad y gestionará su desarrollo futuro. Lichine adquirió Château d’Esclans en 2006 y al poco tiempo decidió centrar la producción de la bodega en los vinos rosados de muy alta gama.