Hoy recibimos en el Hotel Room Mate Alba a Valeria Aresti y Carmen Rodés. Dos jóvenes que han comenzado su carrera laboral con dos enfoques bien distintos, pero con una misma pasión: el arte. Tanto Valeria como Carmen acabaron perfilando sus estudios en el extranjero, principalmente en Estados Unidos y Londres. Y fue en la capital británica donde acabaron coincidiendo.
Su pasión por el arte y su impulso emprendedor han culminado en un proyecto, la galería madrileña Fahrenheit Madrid. «Teníamos muy claro que queríamos montar algo y dar visibilidad al arte. Trabajamos con artistas que están produciendo en Estados Unidos. Lo más importante en una galería no es la propia galería, que al final es una plataforma, sino el contenido. Y para ello hemos tenido el apoyo de muchos artistas que han confiado en nuestro proyecto», asegura Valeria al hablar de la idea inicial del proyecto.
Un proyecto que nace con una vocación femenina que nos confirma Carmen: «Nosotros abrimos con la idea de apoyar principalmente a mujeres artistas». Y que matiza Valeria: «La mujer está aportando una nueva sensibilidad al arte. Al final la historia del arte está principalmente escrita por hombres y en la actualidad la mujer está aportando una nueva forma de hacer arte».
Estas dos jóvenes apasionadas por el arte nos confirman que quieren hacer unas cinco exposiciones por año y que están abiertas a cualquier tipo de sensibilidades: «Al final como galerista te mueves un poco por lo que te gusta a ti, porque el arte al final es un cúmulo de sensaciones», comenta Valeria. Un proyecto valiente en el que ambas son conscientes de las dificultades de los inicios. Y sobre todo del escaso margen de ganancia que aporta el apoyo de artistas emergentes americanos por los altos costes de transporte, entre otras cosas. «Será un negocio que irá creciendo con el tiempo, porque se basa mucho en la confianza, de los artistas y los clientes», afirma Valeria.
«Lo más ilusionante es el interés que se está despertando por el arte entre los jóvenes. Estamos encantadas con que cualquier cliente nos compre una obra, pero nos ilusiona muchísimo ver gente joven que comienza a coleccionar«, asegura Carmen.
Valeria Aresti y Carmen Rodés son un ejemplo del cambio que vive el mundo del arte, donde el papel de la mujer en todos los ámbitos ha crecido de forma exponencial. Ambas comparten el sueño de seguir apoyando a los artistas jóvenes y crecer desde donde están, pero siempre con los pies en la tierra.
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