La foto más esperada de Meghan
La duquesa de Sussex sorprendió, como de costumbre, con dos asuntos diferenciales, uno ético y otro estético.
Apareció por sorpresa anoche, durante la celebración en Londres de los British Fashion Awards, unos premios creados en 1989 con la presencia de Diana de Gales. Desde entonces nadie de la familia real británica había aparecido en la entrega de estos galardones. Hasta anoche en que, rutilante, pisó el escenario la flamante duquesa de Sussex, Meghan Markle. Con un vestido de terciopelo negro, asimétrico y de falda cruzada, abierta en el lateral derecho por el que asomaba su pierna esbelta, el pelo recogido en un moño alto, sandalias doradas y la mejor de sus sonrisas.
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Sacando partido a un vestido que remarcaba su silueta embarazada, estado que ella se empeñó en acentuar con sus gestos. Meghan entregó uno de los trofeos, precisamente a la autora de su traje nupcial, Clare Waight Keller, directora artística de Givenchy, que firmaba también el diseño de esa noche especial. La duquesa de Sussex sorprendió, como de costumbre, con dos asuntos diferenciales, uno ético y otro estético. El primero venía incluido en su discurso, breve pero solvente, en el que remarcó la presencia del papel femenino también en el mundo de la moda. Unas palabras que ya han sido tildadas de feministas en las redes y han recibido todo tipo de comentarios.
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Algo a lo que ya debe estar acostumbrada la duquesa, consciente de que su presencia desatará aún durante algún tiempo toda suerte de opiniones. Como lo será el que llevara las uñas de negro, a juego con el traje, algo totalmente inusual en la familia real británica, acostumbrada a tonos más habituales. Y por supuesto mucho más discretos, como el que utiliza la reina Isabel II, rosa natural, similar al nude, que compra desde hace más de treinta años y tiene un precio muy asequible. Esta “revolución estética” también está siendo recibida con opiniones de todo tipo. En cualquier caso, todo el mundo coincide en que Meghan Markle, por encima de todo, estaba bellísima. Ahí todos se ponen de acuerdo.