El aroma más seductor y americano de Rossy de Palma

¿A qué huelen las nubes? se preguntaba la cineasta Isabel Coixet en uno de sus más afamados trabajos publicitarios. Ella respondía con sus imágenes más sinceras en su gamas de grises y azules bordeando los crudos, plata y pastel. Podríamos preguntarle ahora a ella… ¿A que huele Rossy de Palma?. La respuesta viene embotellada en dos formatos, (a 135 y 85 euros), y se llama Eau de Protection a Bewitching rose, algo así como «Agua de protección de una rosa hechicera», ahí es nada para la mujer todo terreno que se reinventa (qué poco me gusta usar esa palabra), para florecer cada mañana en una nueva actividad a la que no es ajeno su físico.

Sin su estructura humana nadie se hubiera fijado en esa mujer alta, grande, de seductoras más que hechiceras actitudes, siempre con un punto de agresividad rozando la intolerancia. Su elemento olfativo se llama agua de protección cuando debiera ser de ataque, porque es ella mujer que no se amedrenta frente a nada ni a nadie usando y abusando de esa condición física base de su éxito.

Rossy de Palma, nacida García, es, ha sido, fue y será cantante, modelo, actriz, diseñadora y activista de moda mucho antes que cualquier influencia a la moda, quizá antes de que se inventara el calificativo. Su complicado perfume tiene jengibre pimienta negra de Madagascar, bergamota, jazmín benjuí, pachuli, incienso y rosas, muchas rosas de Bulgaria. Y eso sí que me extraña porque es también la base de otra fragancia que populariza la meliflua Carla Royo-Villanova, esposa de Kubrat de Bulgaria, y princesa de Panagyúrishte, nada que ver con la poderosa De Palma. Y tiene también esencia de dragón, como el que lleva tatuado en el brazo y preside la etiqueta de un frasco que no está a la altura de las circunstancias.

Rossy y su agua bendita y protectora, se han presentado en la última jornada de la 23 edición de la 080 Barcelona Fashion Show. Ha sido una sorpresa porque la fragancia no es nueva, data de 2007, y un año después fue distinguida por The New York Times como una de las mejores creaciones. No es de extrañar porque la mezcla de sustancias crea un universo olfativo propio de la mujer americana, pródiga en emociones fuertes, apasionadas en ese momento boudoir ardiente a compartir con el amante con el peligro inminente del marido. Me inclino a pensar que esa es la protección de la que, veladamente, habló Rossy entre las habituales frases promocionales y alabadoras con el fundador de la marca Etienne de Swardt en la sala Domènech i Montaner del Hospital de la Santa Cruz y San Pablo, sede de los desfiles.

Ataviada «Comme un garçon», el hit de Silvia Vartan que grabó en su día con Jean Paul Gaultier, un colorista pañuelo anudado muy a la parisienne y un sombrero, Rossy dijo que voló desde París para refrescar su perfume, sin aclarar si traía nuevas notas o era una presencia emocional, aunque el pretexto congregó a muchos medios nacionales y extranjeros que cubren la muestra barcelonesa de moda y que no han tenido demasiados motivos para emocionarse, aglutinando el desfile de Umit Benan los elogios.

Siempre con una maleta al lado, Rossy esta últimamente entre aviones. Tras presentar esta Eau de Protection a las clientas de Le Salon, ha vuelto a París donde preparara una participación especial, una única función en el espectáculo «Fashion freak show» que presenta Gaultier en el Folies Bergère sobre su vida y obra. Guarda secreto sumario sobre ello, pero con sus antecedentes, seguro que cantará, bailará y contará, porque a la hora de largar, no hay quien la pare. Que es su discurso la mejor arma de ataque, aunque luego nos rinda asegurando que su perfume no es un arma de seducción, sino protección, que es la mejor manera de seducir.