Todos los secretos del Liverpool Arena, el alucinante estadio de Eurovisión 2023
Un año más Eurovisión ha sido todo un éxito televisivo, pero más allá de la música, nos queda en la retina el maravilloso y multifacético edificio en el que se celebró la gala.
Año tras año, y pese al ruido de detractores que nos pueda llegar, el éxito de Eurovisión sigue escalando posiciones entre los aficionados a la música (y a los eventos internacionales). Tanto es así que la multiplicidad de canciones se abre cual abanico, siendo nuestro país, España, quien aporta su mejor granito de arena (este año con Blanca Paloma), aunque la suerte no nos ha acompañado: hemos quedado en decimoséptimo lugar.
El día que nos toque ganar esta gala, ya os digo yo que se van a petar las calles de Madrid (y del resto del país). En fin, sin entrar en detalles de quién merecía o no el premio, una cosa está clara, el espectáculo sirvió para reconocer a una estrella arquitectónica, un espacio multifuncional que permitió el despliegue sin igual de las alas musicales de los artistas en el escenario.
Eurovisión se celebró este año en el Liverpool Arena & Convention Centre
El Liverpool Arena & Convention Centre, lugar donde se celebró el evento, abrió sus puertas para la celebración de la Capital Europea de la Cultura de la ciudad en el año 2008. Sus diseñadores, el estudio de arquitectura Wilkinson Eyre, concibió este singular espacio para albergar 10.000 asientos y un centro de conferencias dignos de la ciudad, pero con vistas a las celebraciones internacionales que se pudieran dar.
Junto al río Mersey, la construcción se rodea no sólo de agua, también de una enorme plaza pública, de un estacionamiento para 2.600 vehículos y de un importante espacio residencial, con 96 habitaciones de hotel. Y, aunque los diseñadores jamás lo admitan, desde el cielo la forma del edificio se parece sospechosamente a un móvil de tapa abierto, mostrando la singular silueta de 8 que tanto nos gusta.
Parte de las instalaciones se han construido bajo tierra
La forma en planta del edificio, que según los promotores coincide con la silueta de una mariposa (ejem, ejem), permite la aparición de dos volúmenes importantes que definen las áreas de distinto uso, la sala de usos múltiples y el Centro de Convenciones, además, aparece como elemento de unión una galería central, acristalada, un espacio que genera vitalidad y actividad extra en la zona.
Una de las curiosidades del edificio es su baja altura en comparación con otros de su misma índole, esto se debe al nombramiento de la ciudad como patrimonio mundial de la Unesco, un gesto que no corta el skyline de la ciudad y de su paseo marítimo, pero que obligó a que gran parte de las instalaciones se construyeran bajo tierra, impulsando de paso la aplicación de modernas y audaces técnicas constructivas.
ArcelorMittal ha creado los paneles exteriores
El inmueble posee una envolvente de acero y vidrio, un poderoso perfil que se subdivide en tres lamas, la primera, vertical y acristalada permite la interacción de dos espacios, el interior y el exterior. La segunda y la tercera de metal taladrado, se inclinan según ascienden y se diferencian claramente (como Shakira) gracias a distintas texturas y disposiciones de sus elementos metálicos.
La empresa ArcelorMittal Construction, quién fabricó los paneles, nos explica que están compuestos por una parte de lana de roca, lo cual los hace no inflamables y ligeros, además de permitir la ocultación de los elementos que los fijan. También nos cuentan que los paneles no mantienen un tamaño estándar, lo que beneficia la singularidad de la fachada, aunque dificulta su ejecución y modelaje.
Los paneles acristalados protegen de la acción corrosiva del mar
Por supuesto, la cercanía al mar supone un elemento agresivo hacia las fachadas, así que éstas deben diseñarse para una mayor durabilidad, en la del Liverpool Arena la utilización de paneles acristalados protege de la acción corrosiva del mar, incluso el grosor de los paneles depende de la ubicación de los mismos, pudiendo ser de dos o tres láminas de cristal. La cubierta es, por derecho propio, otro elemento singular, una construcción de tan sólo 40 mm de espesor.
Igual no te diste cuenta entre los vaivenes emocionales de la celebración musical, pero el edificio posee una filosofía sostenible muy de apreciar, para empezar, es uno de los pocos espacios con certificado Excelente BREEAM (Método de Evaluación Ambiental del Establecimiento de Investigación de Edificios), pero lo mejor, es que su Centro de Congresos produce la mitad de emisiones de CO2 y consume un 20 % menos de electricidad que cualquier instalación similar a esta.
El Liverpool Arena fue diseñado por Julio Himede
Pero esto no es todo, gracias a la inversión de 160 millones de libras (al cambio unos 183 de euros) la impresionante cubierta sostenida por cerchas de acero, recoge el agua de lluvia para su reutilización, proveyendo a los inodoros del complejo hasta en un 40 % de su gasto. Para aportar suministro eléctrico, cinco turbinas eólicas de 20 metros de altura contribuyen, en la orilla del río, al suministro de esta energía renovable.
El escenario donde salió ganadora la canción “Tattoo” de Loreen, representando a Suecia, fue diseñado por Julio Himede, quién basó su diseño en la «unión, celebración y comunidad», en clara referencia a la guerra contra Ucrania. Se ubicaron 220 metros cuadrados de pantallas de video que grabaron lo que pasaba en los 450 metros cuadrados de escenario, iluminado con más de 1.500 metros de luces Led (ya sabéis, siempre led´s).
El señor Himede trabaja en una empresa de reputado nombre, Yellow Studio, con sede en Nueva York, y con amplia experiencia como la ceremonia de los premios Grammy o los MTV Video Music Awards. Tal vez, el próximo año España tenga más suerte, y ganemos el codiciado concurso musical, pero, si no es así, al menos seguiremos descubriendo buena música… ¡Y buena arquitectura!