LVMH acusa de mala gestión a la dirección de Tiffany
El conglomerado francés ataca duramente a la dirección de Tiffany, a la que acusa de mala gestión durante los meses más duros de la pandemia.
En el lío de reproches en el que se ha convertido la fallida compra de Tiffany por parte de LVMH, la casa francesa no se iba a quedar callada. El grupo que preside Bernard Arnault ha entrado en dialéctica judicial, asumiendo que su retirada acabará en los tribunales salvo que exista una compensación económica. Desde la joyería, que hoy cumple 183 años desde que abriera su primera tienda en Nueva York, quieren una solución rápida.
Y la celeridad que reclaman los directivos estadounidenses al juez de Delaware no ha gustado nada en la matriz de Louis Vuitton. Así, la firma francesa le ha dicho al juez que «no existen razones objetivas por las que el juicio no deba realizarse dentro de un plazo normal».
LVMH acusa a la actual dirección de Tiffany
En su escrito, la dirección de LVMH ataca abiertamente al equipo que preside en Tiffany Roger Farah: «Los ejecutivos de Tiffany claramente buscan tener que responder, en particular a sus accionistas, por sus malos resultados y la mala gestión,y ver que sus argumentos se caen uno tras otro». Hablan incluso de la «mediocridad de su gestión durante la crisis, que consistió principalmente en generar pérdidas y aumentar deudas en detrimento de los intereses de la empresa».
LVMH pone en la picota a Farah y su equipo, al «fantasear» con los resultados del último trimestre fiscal: «Las afirmaciones de la actual dirección de Tiffany de que ‘los beneficios del 4º trimestre de 2020 serán superiores a las del año anterior’ son pura fantasía, incluso preocupantes». No pinta bien por lo tanto una operación anunciada en otoño del año pasado y que el freno económico provocado por la pandemia ha dejado en papel mojado. Desde LVMH llegan a decir que Tiffany teme una justicia serena y justa, que los argumentos de la joyería son falaces e infundados y que las condiciones necesarias para la adquisición ya no se cumplen. Algo que tendrán que determinar los tribunales.