¿Cómo eliminar la grasa localizada: liposucción tradicional o lipoláser?
La liposucción tradicional y el lipoláser son dos técnicas que permiten reducir de forma sensible la presencia de grasa localizada en algunas zonas de nuestro cuerpo.
Los depósitos de grasa no perdonan a nadie y son los principales culpables de las alteraciones en el perfil corporal de quien los padece. No importa que goces de buena salud o de que tu condición física sea más que aceptable, las acumulaciones de grasa localizada no responden ni al ejercicio ni a la dieta. Ninguna zona del cuerpo está exenta. La grasa puede acumularse en las caderas, en el abdomen, en los muslos, en los brazos, en las nalgas, en el cuello… hasta en la cara. La mayoría de las personas cuentan con, al menos, un área del cuerpo que es proclive a retener grasa.
La liposucción o lipoescultura es la intervención estética mediante la que se extraen las células grasas (adipocitos) de las áreas del cuerpo en la que están localizadas: caderas, muslos, glúteos, costado, abdomen, rodillas, etc. Su objetivo principal es mejorar la figura y remodelar el contorno corporal.
Técnica de liposucción tradicional
La técnica de liposucción más tradicional requiere de anestesia local o general, dependiendo de la zona en la que se vaya a trabajar y del volumen de grasa que se necesite extraer. La grasa sobrante se elimina del cuerpo mediante su aspiración con finas cánulas que se insertan bajo la piel a través de mínimas incisiones de 2-3 milímetros. Con esta succión de los depósitos grasos se moldea el contorno corporal, mejorando la figura y disminuyendo de manera notable el volumen corporal. La liposucción se realiza en una sola sesión, su duración varía dependiendo de la cantidad de grasa a extraer y del número de zonas a intervenir. Tras la intervención el paciente deberá permanecer ingresado en la clínica u hospital de 6 a 24 horas, además, es necesario que lleve una faja de presoterapia durante un mes parar readaptar la piel al nuevo contorno corporal.
Con la liposucción se eliminan cientos de adipocitos, que son las células encargadas de acumular la grasa corporal, de manera definitiva. Los depósitos de grasa no vuelven a aparecer una vez eliminados, ya que este tipo de células no se regeneran, por lo que el cuerpo mantendrá la figura obtenida tras la operación. Ahora bien, para que no se generen nuevos acúmulos de grasa es imprescindible que el paciente mantenga un ritmo de vida saludable. Si se extraen grandes cantidades de grasa pueden aparecer problemas de flacidez y exceso de piel. Por eso se suele recomendar que la eliminación de grasa no supere los 3 kilos aproximadamente. Hay que tener claro que no es un método para perder peso, de hecho, se obtienen mejores resultados cuando se realiza en personas con un peso no demasiado desproporcionado que cuentan con acúmulos de grasa en algunas zonas del cuerpo.
Liposucción láser
Se trata de un procedimiento ambulatorio que es mucho menos invasivo que la liposucción tradicional. Esta especialmente indicada para tratar pequeños depósitos de grasa que, en ocasiones, están localizados en zonas en las que la liposucción no puede actuar. También suele ser efectiva en zonas amplias que presentan flacidez, ya que la alta temperatura del láser ayuda a la retracción cutánea y proporciona una piel más tersa.
Para llevarla a cabo se introduce en el cuerpo, a partir de una mínima incisión localizada, una pequeña cánula en cuyo extremo se sitúa una fibra óptica que transmite la energía láser. De esta manera se destruye la grasa localizada descomponiéndola mediante el calor. La grasa se “funde” y se convierte en un líquido aceitoso que es eliminado por el propio cuerpo. La intervención se realiza bajo anestesia local y no es necesario el ingreso hospitalario. El paciente puede reincorporarse a su vida normal un día después de la intervención.
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