Liposucción sin cirugía

A nadie le gusta pasar por el quirófano. Los avances en la industria médica están posibilitando la aparición de novedosos tratamientos sin cirugía que reducen el tiempo de intervención, minimizan las cicatrices y acortan los periodos de recuperación. Según los datos de un estudio realizado por la Sociedad Americana de Cirugía Plástica y Estética, los tratamientos mínimamente invasivos crecieron más de un 500 % en los últimos 10 años.

Unos datos que reafirman un hecho más que constatado en el campo de la cirugía plástica: los pacientes buscan, cada vez más, resultados naturales con tratamientos no invasivos que les permitan obtener resultados similares a los que se conseguían con las intervenciones quirúrgicas tradicionales.

Los pacientes se están decantando por este tipo de tratamientos por la rapidez con la que se realizan, porque no se suele necesitar un ingreso hospitalario y porque los resultados suelen lucir más naturales que los de una cirugía; además, los resultados suelen percibirse de forma paulatina, es decir, no hay cambios bruscos ni radicales.

La liposucción tradicional, es decir, la conocida como lipoescultura, es un tratamiento quirúrgico que permite remodelar el contorno corporal  mediante la extracción de células de grasa (adipocitos) localizadas en distintas áreas del cuerpo. En ningún caso es un tratamiento contra la obesidad. Es una intervención encaminada a eliminar depósitos de grasa que no reaccionan ante la dieta o el ejercicio físico.

La liposucción sin cirugía es una técnica que suele confundirse con la lipoescultura pero que no aporta los mismos resultados ni puede considerarse sustitutiva de la tradicional, ya que los resultados no son los mismos. Hay distintas técnicas que permiten reducir el  tejido graso empleando equipos y máquinas directamente sobre la piel y otras que necesitan de inyecciones de compuestos químicos para deshacer la grasa:

Inyecciones para reducir grasa con Aqualix.
Aqualyx es una solución microgelatinosa, reabsorbible y completamente biocompatible – es un ácido que se encuentra presente en el cuerpo humano- que se inyecta directamente sobre los depósitos de grasa localizada en abdomen, flancos y caderas. Basta con un único pinchazo por zona para que el producto se distribuya de forma homogénea y destruya las células de grasa. Es un tratamiento ambulatorio indicado para combatir la adiposidad localizada que no desaparece perdiendo peso. Una vez eliminado, el depósito de grasa no vuelve a aparecer.

Se suelen realizar de dos a cinco sesiones espaciadas en tres o cuatro semanas (depende de la cantidad de grasa a tratar). Tras las sesiones se recomiendo utilizar prendas de compresión durante los primeros días. El paciente puede volver a su rutina diaria inmediatamente.

Mesoterapia.
La mesoterapia consiste en la inyección mediante micro-agujas de cantidades microscópicas de agentes homeopáticos, extractos naturales, medicamentos y vitaminas en la piel. Se trata de un tratamiento muy útil para tratar la celulitis, pero es menos efectivo para hacer desaparecer los acúmulos de grasa, ya que la cantidad de grasa que puede eliminarse está muy limitada. Con la mesoterapia se extirpa la grasa de las células, pero no se eliminan las células. Si el paciente gana peso, las células que han sido tratadas engordarán y el área tratada recuperará su tamaño y forma anterior.

Lipobarrido.
Se trata de una técnica no quirúrgica mediante la que se consigue esculpir la figura evitando las incisiones, los puntos de sutura y las cicatrices. Para conseguirlo se emite energía focalizada sobre las células de tejido adiposo que se pretenden eliminar. La energía atraviesa la piel eliminando la célula y su contenido de forma definitiva, garantizando que la grasa no se regenere. Una parte de la grasa eliminada se expulsa por vías fisiológicas como si fuese una toxina y el resto se elimina mediante catabolización metabólica.

Cavitación.
La cavitación tiene por objetivo disminuir la grasa localizada mediante ultra sonidos de baja intensidad que traspasan la piel y rompen el tejido graso que después es eliminado mediante la orina. Para conseguir el resultado deseado se necesitan de 8 a 10 sesiones de 1 hora de duración cada una.

Para que cualquier tipo de tratamiento tenga éxito, ya sea con o sin cirugía, es fundamental que el paciente cuide su alimentación tanto en el preoperatorio como en el posoperatorio, también es muy importante realizar ejercicio físico y llevar una vida saludable para mantener los resultados obtenidos y llegar en buenas condiciones a la intervención.

¿Funcionan los tratamientos sin cirugía?
No todos los tratamientos funcionan por igual en todas las personas; los resultados son variables en función de la cantidad de grasa que se desee tratar. El cirujano debe saber guiar al paciente hacia el tratamiento adecuado. En muchas ocasiones se recomienda la combinación de diferentes técnicas.

Los tratamientos de liposucción sin cirugía son más lentos y los resultados tardan más en ser visibles, son ideales para pequeñas pérdidas de volumen. Por otra parte, estos tratamientos tienen el inconveniente de la disposición particular de cada persona y de que no podemos asegurar el resultado ya que, como hemos comentado, este depende en mucha parte de la reacción de cada organismo.