Durante siglos, disfrutar de los placeres que nos ofrecía la sexualidad era terreno exclusivo del hombre, dejando a la mujer relegada a la relación directa entre sexo y maternidad. Con la llegada de la liberación de la mujer a lo largo del siglo XX, ésta empezó a descubrir y a reconocer su propio cuerpo, despertando así un interés por su propio placer y empezando a derribar tabúes sobre este tema.
Ya en pleno siglo XXI, la mujer reclama su papel de co-protagonista en la sexualidad y descubre que no son sólo ellos los que sufren algún tipo de disfunción sexual. De hecho, seis de cada diez mujeres no consiguen llegar al clímax sexual durante sus relaciones por culpa de la debilidad muscular perineal provocada por el embarazo, el parto, la menopausia o la edad, según afirma la Sociedad Catalano-Balear de Fisioterapia. Problemas como la anorgasmia, el vaginismo o la hiposensibilidad, entre otras suelen estar causadas por problemas musculares y osteoestructurales de lo que conocemos como suelo pélvico.
Pero ¿Qué es el suelo pélvico?
La mayoría de mujeres asocian las palabras “suelo pélvico” con algún concepto relacionado con la preparación al parto. Y no van demasiado erradas. El suelo pélvico es el conjunto de músculos y ligamentos que cierran la cavidad abdominal en su parte inferior. Su función es la de sostener los órganos pélvicos, es decir, la vejiga, la uretra, el útero, la vagina y el recto, en la posición adecuada para que funcionen correctamente. Pero el suelo pélvico no es algo rígido, sino que se adapta a nuestros movimientos, a nuestros cambios fisiológicos y posturales… pero siempre manteniendo los órganos que sujeta dentro de la pelvis.
Cuando esta musculatura se debilita por culpa, por ejemplo, de los partos, práctica de deporte de alto impacto o los cambios hormonales de la menopausia, las estructuras que sostiene se caen y esto altera su función normal. Y un suelo pélvico debilitado puede provocar incontinencia urinaria, prolapsos, dolor lumbar y disfunciones sexuales.
¿Puede recuperarse?
Como cualquier otra musculatura, podemos trabajar el suelo pélvico para fortalecerlo y mejorar, así, su función. Según Mer Blanquet, reconocida fisioterapeuta uro-ginecológica y responsable de la Unidad de Suelo Pélvico en IM Clinic: “Para abordar este problema es fundamental ir al médico y hacer fisioterapia perineal, que consiste en la reeducación perineal”. Esta reeducación terapéutica del suelo pélvico, que se realiza después de una exhaustiva exploración y valoración, consiste en un programa personalizado para cada paciente. Entre los procedimientos que pueden llevarse a cabo en estos tratamientos destacan ejercicios activos perineales, propioceptivos abdominopelvicos y de estabilización lumbo-pélvica, así como tratamiento.
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