Ángela Cervantes: “No concibo la violencia como solución a nada”
Se acerca la época de premios, en la que la ilusión y los nervios compiten con la satisfacción del trabajo bien hecho. Ángela Cervantes protagoniza “La maternal”, una de las películas revelación del año. Interpreta a Penélope, una madre soltera con una hija adolescente muy problemática y díscola. Su remedio para encauzarla es darle mucho amor, pero el empeño en el trayecto es largo…
The Luxonomist: ¿Qué te da la interpretación que no encuentras en otra actividad de la vida?
Ángela Cervantes: La interpretación me da libertad y adrenalina. Es lo que más me aterra y me apasiona en la vida a partes iguales.
TL: ¿De niña ya eras la teatrera de la familia?
ÁC: Siempre me ha gustado mucho el teatro y era mi extraescolar favorita. Pero en mi familia no era la única, yo seguía los pasos de mi hermano, que ya apuntaba maneras desde niño.
TL: Tener a tu hermano Álvaro, un triunfador en la misma profesión, ¿es un plus añadido a la presión?
ÁC: No, yo diría que más que presión es una suerte. Es un referente y un modelo a seguir para mí en muchos aspectos, no solo como profesional sino también como persona. Me ha ayudado mucho y nos acompañamos en este viaje tan peculiar que nos brinda esta profesión.
TL: ¿Qué te sedujo de Penélope, la madre coraje de “La maternal”?
ÁC: Su contradicción, su fortaleza y su vulnerabilidad, todo en uno. Creo que la vida es contradicción y que no somos solo una cosa. Somos un conjunto y se veía muy claro en Penélope.
“Hay todo un abecedario de planes antes que una “bofetada”
TL: ¿Qué harías con una adolescente díscola como Carla, tu hija en la ficción?
ÁC: Creo que intentaría entender cuál es su herida y darle las herramientas que necesita para sanar y sentirse querida. Amor al fin y al cabo.
TL: ¿Cómo se puede reconducir a alguien como ella?
ÁC: No creo que sea una cuestión de reconducción, sino más de amor. Carla tiene unas carencias afectivas, igual que las tuvo y tiene Penélope, que se pueden apaciguar mediante un poco de atención y cariño. No deja de ser una adolescente que está pasando por un momento muy complicado y no tiene una red afectiva que la sostenga.
TL: ¿Una madre nunca “tira la toalla”?
ÁC: Yo no soy madre y me parece un tema muy delicado. Creo que cada maternidad es un mundo y un viaje distinto y que todos hacemos lo mejor que podemos con lo que tenemos.
TL: ¿Eres de las que piensas que una “bofetada” a tiempo soluciona o hay un pan B?
ÁC: No, no creo en la violencia como solución a nada. Creo que hay todo un abecedario de planes antes que una “bofetada”.
TL: Llega la época de nominaciones y premios. ¿Tienes la sensación del trabajo bien hecho cuando estás en la pelea?
ÁC: Me siento muy afortunada de haber podido trabajar en este proyecto rodeada de unos profesionales con muchísimo talento y un amor inmenso por el cine y por las historias que cuentan. Yo he hecho mi parte con mucho amor y respeto, y espero que así llegue al público. Me alegra que la película pueda estar en la “pelea” porque Pilar Palomero ha hecho un trabajo precioso. Y si las nominaciones pueden ayudar a que tenga más visibilidad y recorrido, bienvenidas sean.
“¿Una receta para la felicidad? Fracasar de vez en cuando”
TL: ¿Un recuerdo recurrente cuando miras atrás?
ÁC: Mi último viaje de verano.
TL: ¿Existe una receta para la felicidad?
ÁC: Fracasar de vez en cuando.
TL: ¿Solo el amor se permite una gran locura?
ÁC: Si esa locura se hace desde el amor ¡yo voy de cabeza!
TL: El rasgo de tu personalidad que no querrías que heredase nadie.
ÁC: El miedo.
TL: ¿Algún vicio es sano?
ÁC: Creo que todo en exceso o descontrolado es malo, y el vicio suele llevarte a ello.
TL: Un placer prohibido que te permites.
ÁC: Ver “Las Kardashian” comiendo helado.
“La vida es contradicción. No somos solo una cosa”
TL: Un don que la naturaleza te ha negado…
ÁC: Maquillarme.
TL: Esa pregunta incómoda que siempre te hacen.
ÁC: De momento no me han incomodado nunca las preguntas que me han hecho.
TL: ¿Qué te intimida hasta el punto de sacarte los colores?
ÁC: Tener una conversación con alguien a quien admiro y respeto mucho.
TL: ¿Un lema vital que lleves por bandera?
ÁC: “También esto pasará”.
TL: Ese lugar en el que te encontraría si decidieras perderte.
ÁC: El Caribe.
TL: ¿Y esa crítica que, por ser verdad, más te ha dolido?
ÁC: Un “no” en algún casting. Es verdad que a veces hay papeles que no son para ti, pero no deja de doler.
“A veces hay papeles que no son para ti, pero un «no» siempre duele»
TL: Un propósito que nunca cumples.
ÁC: La dieta.
TL: Un miedo que no sepas superar.
ÁC: Los análisis de sangre.
TL: ¿Qué te sorprende de la vida?
ÁC: Que no me deje de sorprender.
TL: ¿Qué virtud envidias?
ÁC: Saber dibujar.
TL: ¿Cuál es la mejor forma de dejar huella?
ÁC: No pensar en dejarla.
TL: ¿El calificativo que más te incomoda?
ÁC: Calificativos relacionados con el físico de alguien de manera despectiva.
«No tengo ninguna extravagancia»
TL: Una pesadilla que no olvidas.
ÁC: Que se me rompieran los dientes.
TL: ¿Una extravagancia que no piensas reprimir?
ÁC: La verdad es que no tengo, me tendré que buscar alguna…
TL: Tres calificativos que sinteticen tu pareja ideal.
ÁC: Con sentido del humor, honesto y cariñoso.
TL: ¿Un truco infalible para conquistar?
ÁC: Ser una misma.
TL: Han sido muchas, lo sé, pero ¿hay una pregunta que no te he hecho y te habría gustado responder?
ÁC: No, ¡por mí todo perfecto!