Carles Sans: “La palabra es el medio rey. El gesto es un lenguaje subsidiario”

No concibe la vida sin sentido del humor. No en vano lo ha utilizado, durante más de 40 años, al lado de sus compañeros de Tricicle pero, ahora, Carles Sans camina en solitario por los escenarios. En Por fin Solo!, después de años de silencio escénico con el trío, ¡por fin! se le escucha hablar. Una gira triunfal por toda España le lleva ahora al teatro Reina Victoria de Madrid, del 6 de septiembre al 15 de octubre, “donde espero recibir el mismo cariño y entusiasmo que nos mostraron cada vez que, como Tricicle, veníamos a la capital”.

The Luxonomist: Ha llegado el momento de conocer tu voz. ¿40 años gesticulando con “Tricicle” dejan huella?
Carles Sans: Claro que la dejan. Y de hecho, en Por fin Solo, se nota porque, a pesar de que no paro de hablar, la gestualidad de Tricicle está presente en todo el espectáculo. Los “tricicleros” reconocerán muchas cosas de Tricicle.

TL: ¿Un gesto vale más que mil palabras?
Carles Sans: No. La palabra es el medio rey. El gesto es un lenguaje subsidiario.

TL: Después de tanta vida profesional compartida. ¿Cómo vives “en soledad”?
Carles Sans: Pues la vivo mejor de lo que me imaginaba. Al principio se me hacía extraña la ausencia de mis compañeros pero, después, me he sentido muy a gusto conmigo mismo.

“Cuando una carrera se mide por éxitos, es muy difícil quedarse con un solo recuerdo”

TL: Te promocionan como “el guapo de Tricicle”. ¿El físico marca?
CS: Es evidente que se trata de una broma. La gente cuando quería definirnos y no se acordaba de nuestro nombre, decía: el calvito, el gordito y el guapo. A mí me tocaba la mejor parte y ahora bromeo con ello.

TL: ¿Qué le agradeces y qué le reprochas a ese físico?
CS: Nada. Aunque, a medida que haces años, agradeces conservar ciertas cosas que son importantes para no parecer mayor de lo que uno es como por ejemplo, el pelo.

TL: “¡Por fin Solo! en el escenario, aparcando los gestos y potenciando la voz. ¿Era el desenlace lógico a tu carrera?
CS: No lo sé. El gesto continúa muy presente, porque va innato en mi modo de trabajar. La verdad es que no me había planteado nunca lo de trabajar más allá de Tricicle, pero las circunstancias me han llevado a ello, y bueno, no está tan mal.

TL: ¿Un recuerdo recurrente cuando miras atrás?
CS: Todos los grandes y buenos momentos vividos los tres juntos. Cuando una carrera se mide por éxitos es muy difícil quedarse con un solo recuerdo.

TL: ¿Existe una receta para la felicidad?
CS: Ser conscientes cada día de las pequeñas cosas que nos dan placer, por pequeño que sea. La felicidad no es algo muy grande, son cosas pequeñas que uno ha de saber reconocer cuando las vive.

“Nunca me había planteado trabajar más allá de Tricicle”

TL: ¿Solo el amor se permite una gran locura?
CS: No estoy seguro… La pasión también justifica locuras.

TL: El rasgo de tu personalidad que no querrías que heredase nadie.
CS: Demasiados miedos.

TL: ¿Algún vicio es sano?
CS: Muchos.

TL: Un placer prohibido que te permites.
CS: A veces comer cosas que sé que no son del todo saludables y que, sin embargo, contribuyen a mi felicidad. Es esta una lucha permanente. Decían Les Luthiers que todo lo bueno hace daño: o engorda o mata o embaraza.

TL: Un don que la naturaleza te ha negado.
CS: El de las matemáticas.

TL: Esa pregunta incómoda que siempre te hacen.
CS: ¿Cómo os formasteis? La odio a estas alturas.

“Agradezco conservar el pelo para no parecer mayor de lo que soy”

TL: ¿Un lema vital que lleves por bandera?
CS: ¿Por qué conformarte con una victoria si puedes llegar a un acuerdo?

TL: Ese lugar en el que te encontraría si decidieras perderte.
CS: Mi casa de Ibiza.

TL: ¿Esa crítica que, por ser verdad, más te ha dolido?
CS: Todas duelen un poco.

TL: Un propósito que nunca cumples.
CS: Hacer ejercicio diario. No estoy gordo, ni nunca lo seré, pero ese michelín que, de forma disimulada te rodea la cintura, a veces me fastidia mucho.

TL: Un miedo que no sepas superar.
CS: A perder la salud y a alguien muy querido.

TL: ¿Qué te sorprende de la vida?
CS: La velocidad con la que avanza.

«A veces me fastidia el michelín»

TL: ¿Qué virtud envidias?
CS: La de los solistas de piano.

TL: ¿Cuál es la mejor forma de dejar huella?
CS: Engrasándote las manos.

TL: ¿El calificativo que más te incomoda?
CS: Que me digan: ¡Caballero!

TL: Una pesadilla que no olvidas…
CS: Las olvido todas.

TL: ¿Un truco infalible para conquistar?
CS: Ser divertido.

TL: ¿Esa pregunta que no te he hecho y te habría gustado responder?
CS: ¿Qué esperas del público de Madrid? Y yo hubiese respondido: «Pues el mismo cariño y entusiasmo que nos mostraba cada vez que, como Tricicle, veníamos a la capital».