La sombra de Beyoncé deslumbra en Barcelona

Entre Roma, donde actuaron el domingo, y París, donde lo harán el próximo sábado, el tour ‘On the Run II’ de Beyoncé y su marido, Jay-Z, recala mañana en el Estadi Olijmpic de Montjuïc (Olimpic Arena en las webs americanas) con casi todo el papel vendido. El 17, tras dar en Niza una última función europea, la gira proseguirá su camino por tierras americanas. Es un espectáculo monstruo, un pulpo gigante cuyos tentáculos tratan de no perder comba.

Uno de ellos, es decir, una de ellas, es la primera bailarina del espectáculo, Kimberly Gipson, alias Kimmie Gee, que ha aprovechado para hacer sus shows complementarios ofreciendo una clase magistral, mejor dicho un workshop en la Escola de Cocó Comín, de las más prestigiosas del país, no en vano no hay una compañía o una función en todo el territorio nacional donde no intervenga, al menos, una persona que no haya pasado por la Escola.

La idea no es nueva, ya lo hicieron en la anterior gira americana de la diva, cuando 200 de los mil alumnos de Comín se apuntaron a la experiencia, y aunque esta vez no se ha superado la cifra, la bailarina decidió hacer dos sesiones, una con los más pequeños y otra para todas las edades. Y se trajo también a su ayudante, Denee B., la misma de la vez anterior. Y por supuesto, su road manager, porque como toda estrella que pretenda serlo, es imprescindible tener en nómina a un manager, un abogado y un entrenador personal, que en su caso, con lo que se mueve por sí sola, es absolutamente prescindible.

También, como las divas, tiene un contrato que prohíbe hablar con los medios, es decir que se le pregunte nada. Más que nada porque todo el interés derivaría hacia sus jefes, Beyoncé y Jaz-Z dado el escaso, por no decir nulo, interés que ofrece la muchacha como ente personal, con todos nuestros respetos como ser humano. Así puestos, comprendan lo ridículo del encuentro, pero peor es la reacción de sus guardianes nacionales cuando ven que le contesto cuando se interesa (es humana) por mi camisa empapada en sudor (el calor es sofocante porque en las escuelas de baile no puede haber aire acondicionado).

Se pusieron como energúmenos por haber violado una de las partes del contrato, a pesar de que el road manager ni se había molestado y la chica aparentaba ser de lo más normal y simpática. Pero la ingenuidad nacional a veces altera los nervios innecesariamente. Así que se acabó el no-diálogo de la no-entrevista del encuentro visual. Así que vamos por partes.

Una es la física. Kimmie es rotunda de formas, muy al estilo de Beyoncé, que no repara en curvas. Como las Kardashian o Rihanna, sin llegar al peligroso estreno de Nicki Minaj, cuyo perímetro de busto o cadera supera su altura. Y eso está bien, aunque nos asalta una duda: ¿Qué hacen todas estas estrellas exultantes de silueta en los desfiles de alta costura de París o Milán? ¿Cómo solucionan tallas los chefs de la couture? Es obvio que las famélicas de pasarela nada tienen que ver con ellas. Dado que el negocio es el negocio (la pela es la pela), los Gucci, Valentino, Balmain o similares no dudan en saltarse las reglas y confeccionarles vestuarios maravillosos que resaltan sus carnes, aquellas que en pasarela, por carencia, no suelen asomarse por más escote y/o transparencia que el vestido conlleve.

Así que quedamos que Kimmie es rotunda, guapilla y simpática. Baila con ritmo y el alumnado está más que encantado, más la parte senior que la junior. Porque dado que la profe se retrasó lo suyo, tuvimos oportunidad de ver las dos sesiones: pocas veces perdí tanto tiempo para no hacer una entrevista, ya ven, gajes del oficio.

Para no hacerles perder más tiempo buscado en Google, señalemos que la chica nació en New Jersey, que trabajó de gogó y bailó en el Borgata Casino de Atlantic City, y fue rechazada por dos veces en el Philadelphia 76ers. Dance Team, del que sería luego primera bailarina, lo que la llevó a formar parte del All Star Dance Team de 2007 en Las Vegas. Se presentó a un casting para bailar con Beyoncé y fue elegida entre 90 para ser una de las cinco que están siempre a su lado. Y se la llevó de gira por los cinco continentes, menos la Antártida, especifican las webs, ahí queda.

En esta primera gira, su manager ya le buscó entre las mejores escuelas de danza de cada país visitado, la mejor para ofrecer estos workshops o masterclass. En España encontró la de Coco Comín, una de las más prestigiosas y enormes, con más de mil metros cuadrados de aulas y espectaculares finales de curso en cuyos apoteosis bailan a la vez mil alumnos. La complejidad de estos montajes obliga a alternarlos con otros más discretos: este año ofrecieron  una versión de ‘Miss Saigon’ en concierto con los alumnos de canto, en la que ‘sólo’ intervinieron unas docenas de cantantes.

Volviendo a Kimmie, señalan las webs que cuando no está de gira se ocupa de su proyecto Kimmestry donde, copio literalmente dado lo cursi que me parece la exposición, “actúa como musa para los jóvenes que necesitan ser inspirados y alentados. La bailarina profundiza en el estudio de la autoestima y sobre los cambios positivos que se experimentan a través del baile”. Dicen también que entiende la influencia que tiene como modelo a seguir y que se empeña en no comprometer el mensaje que intenta transmitir en su carrera como bailarina. En sus ratos libes ha grabado vídeos con Drake, Kid Rock y participó en el de ‘Ego’ de su jefa Beyoncé. De la chica que trajo de ayudante, nada de nada. Se llama Denee B, pero no lo podemos jurar.