Luis de la Fuente: «Sé lo que cuesta ganar y que la victoria es efímera»
Dice que su vida no cambió nada el día que le nombraron seleccionador nacional, porque sigue haciendo lo mismo que antes. Fue el pasado 8 de diciembre, festividad de la Inmaculada, y para un creyente como Luis de la Fuente, seguro que fue una señal. No es supersticioso, le gusta el 13, duerme poco pero muy bien, la palabra fracaso no entra en su diccionario “cuando te estás dejando la piel en el trabajo” y cree en el liderazgo, no en la jefatura. Tras un comienzo de cuestionada aventura, ahora le consideran el entrenador que ha devuelto la gloria a la selección…
The Luxonomist: Escuchas la palabra “fútbol”… ¿Y cómo reaccionas?
Luis de la Fuente: Me produce alegría. Me emociona. Estoy relacionado con el fútbol desde que tengo uso de razón. Es mi vida.
TL: ¿El que se jugaba en tu época sobrevive hoy?
LDF: El fútbol ha cambiado mucho en cuestiones tácticas, técnicas, físicas y seguimiento mediático, pero el fútbol es el fútbol. El amor por el juego es atemporal.
TL: Debutas con el Athletic de Bilbao y haces tu primer gol. Eso es llegar y besar el santo. ¿La suerte del debutante?
LDF: Son anécdotas de la vida. Circunstancias que se recuerdan. Creo que siempre es importante empezar bien un trabajo. Es agradable poder recordar el punto de inicio con una situación gratificante.
“Como entrenador, la amistad está reñida con la objetividad”
TL: Dicen que el director que ha sido actor, realiza mejor. ¿El entrenador que ha sido futbolista es también un plus?
LDF: Es un buen punto de partida, pero no definitivo. Ser futbolista y entrenador es totalmente diferente. Los puntos de vista son opuestos. Te ayuda, en determinadas situaciones, a tomar decisiones que son reconocibles cuando eras jugador.
TL: Como buen lateral izquierdo, ¿hay que tener una buena zurda para gestionar a los chicos de la Selección?
LDF: Considero que además de dominar los aspectos propios del juego como táctica o estrategias, es igualmente importante gestionar un grupo de personas. Sea un club o una selección, el objetivo es convencer al jugador de que todo lo que se propone es beneficioso para el grupo y para cada individuo. Trato de liderar desde el convencimiento, no desde la imposición.
TL: ¿Consigues ser lo suficientemente objetivo para no convocar a un amigo y convincente para convencerle de que no se debe molestar por ello?
LDF: Ante todo está la profesionalidad, la honestidad. En estas tomas de decisiones siempre debe primar lo futbolístico. En estas decisiones, la amistad está reñida con la objetividad.
“Trato de liderar desde el convencimiento, no desde la imposición”
TL: «El entrenador que ha devuelto la gloria a la Selección”. Sin quererlo ¿te has convertido en tu propio enemigo al poner el listón tan alto?
LDF: Es un orgullo poder formar parte de la historia del fútbol. Pero lo entiendo y lo vivo con absoluta normalidad. Sé lo que cuesta ganar, y lo pongo en valor. Pero también sé lo efímera que es la victoria. Pienso que cualquier nuevo proyecto, y este nuestro lo es, crece y se consolida mejor desde la victoria. Así que a seguir creciendo y mejorando.
TL: ¿Eres ahora un hombre distinto al que dejó de jugar al fútbol?
LDF: Entonces era un joven inexperto e impulsivo y, como todos los jóvenes, creía que lo sabía todo. Ahora soy un hombre maduro y con mucha experiencia, que entiende que todavía puedo seguir aprendiendo cada día.
TL: ¿Qué darías por seguir compitiendo en el campo y no dirigiendo desde la banda?
LDF: Soy de los que disfruto cada segundo de lo que hago. Todo lo hago poniendo los cinco sentidos, con pasión. Fui feliz jugando al fútbol y ahora lo soy dirigiendo. Soy un afortunado y le doy gracias a Dios por haberme permitido disfrutar de mi trabajo y seguir haciéndolo de una manera plena.
TL: ¿Cómo fue esa llamada que te cambió la vida hace unos meses?
LDF: Totalmente inesperada. Yo estaba centrado y muy ilusionado con los retos que tenía que afrontar en mis responsabilidades profesionales. Nunca pensé que la decisión de sustituir al seleccionador se produciría tan rápidamente y, en consecuencia, no podía pensar que yo sería el elegido.
«Fui un joven impulsivo y ahora un hombre que aprende cada día”
TL: ¿Tienes la sensación de que has reciclado bien tu vida?
LDF: Sí, soy feliz haciendo lo que hago. En cada etapa de mi vida hice lo que creía que tenía que hacer. Por lo que siempre fui feliz viviendo mi vida. Y ahora sigo haciendo lo que quiero hacer.
TL: ¿El niño que empezó a jugar en su Haro natal se reconocería en el hombre en el que te has convertido?
LDF: Tengo la suerte de poder decir que nací en un pueblo maravilloso, que es Haro. Pero en aquellos tiempos el nacer en un pueblo podía limitarte la visión de las perspectivas de futuro. No tengo el recuerdo de que, en algún momento de mi niñez, hubiera imaginado conseguir todo lo que he ido consiguiendo a lo largo de mis años vividos. Por eso suelo decir que mi vida ha sido un descubrimiento continuo.
TL: Volvamos por un momento la vista atrás. ¿Un olor de la infancia?
LDF: La cocina de mi madre. Al igual que mi abuela, cocinaba muy bien. Esa masa de rosquillas sigue presente en mi memoria olfativa.
TL: ¿Hay un pensamiento recurrente al despertarte cada mañana?
LDF: Cada día que pasa recuerdo a mis padres, Alberto y Berta. Disfrutaron mucho, desde la discreción, de mi trayectoria profesional. Y ahora hubieran estado, y sé que lo están, más orgullosos todavía.
“Mi vida ha sido un descubrimiento continuo”
TL: ¿De qué te aburre hablar?
LDF: Soy un buen conversador. Me gusta hablar de todo.
TL: ¿Si escribieran el libro de tu vida te gustaría saber el final?
LDF: No. Creo que lo más emocionante es ir descubriendo y viviendo experiencias cada día.
Y que el último momento sea también una sorpresa.
TL: ¿La felicidad perfecta?
LDF: Poder vivir una vida plena con salud y rodeado de la gente que quieres.
TL: ¿Se puede ser imparcial cuando los sentimientos entran en juego?
LDF: Normalmente, no. No creo que sea malo no ser objetivo en algunas cuestiones. Pero, sobre todo, lo que hay que tratar de ser es justo.
TL: ¿La forma más elegante de decir adiós?
LDF: Me gusta más despedirme con un “hasta siempre”.
“Soy hombre de fe. Me da fortaleza y seguridad”
TL: ¿En qué situación has dicho “chapeau”, me quito el sombrero?
LDF: Cuando veo que una persona pone ilusión, ganas, se esfuerza, se emociona… En definitiva, se apasiona por conseguir un objetivo independientemente del resultado. Para mí ya es un logro y un éxito poner todo el empeño en conseguirlo. En ese contexto siempre felicito al que lo intentó.
TL: ¿Qué te gusta hacer a tu manera?
LDF: Parafraseando a la canción, “siempre viví a mi manera”. Y lo sigo haciendo.
TL: ¿Lo que mejor se te da hacer?
LDF: Disfrutar de la vida. De cada segundo que Dios me da. Con inteligencia y responsabilidad. Pero saboreando cada momento.
TL: ¿Qué ha sido lo que realmente ha marcado tu vida?
LDF: El haberme criado y vivir en un entorno familiar lleno de amor. Mi familia es el motor de mi vida.
TL: ¿Qué pone en tu estado de WhatsApp?
LDF: Una frase que un día me dijo un gran amigo: “Cuanto más trabajo, más suerte tengo”.
TL: ¿Qué locura has hecho para conocer a uno de tus iconos?
LDF: Más que por un icono, por una persona. Recorrerme España de punta a punta.
«Encajo bien las críticas, pero solo hago caso a las que me hacen mejorar»
TL: ¿A qué eres inmune?
LDF: Soy inmune a la gente que está más pendiente de los demás que de ellos mismos. No me interesan.
TL: ¿El insulto hace callo?
LDF: El insulto, la falta de respeto y la mala educación siempre me tendrán enfrente. No bajo la guardia y siempre me mostraré beligerante contra ellos.
TL: ¿Marca España es…?
LDF: En sí la propia España. Deberíamos valorar y ser conscientes del gran país en el que vivimos. Ponerlo en valor. Deberíamos aprender a querernos más como país.
TL: ¿Qué no falta nunca en tu maleta?
LDF: Ropa… ja, ja… Siempre me paso en las expectativas de la ropa que voy a necesitar…
TL: ¿La suerte es más definitoria que el talento?
LDF: Creo que la suerte es el resultado de una búsqueda. La suerte no llega por arte de magia. Creo en el trabajo. Y sé que el trabajo duro gana al talento cuando el talento no trabaja duro.
«El trabajo duro gana al talento cuando éste no trabaja duro»
TL: ¿A qué te suena la vida?
LDF: A “algo” maravilloso. Aprendes a vivirla y a disfrutarla cuando ya has consumido una parte importante de ella. Pero es ley de vida. Como dice Ricardo Arjona: ”No le quite años a su vida, póngale vida a los años».
TL: ¿El dolor más intenso?
LDF: Sin duda, la pérdida de un ser querido.
TL: ¿Ser elegante es…?
LDF: Es una actitud frente a la vida, un comportamiento. Creo que tiene mucho de innato. Se nace con ello. La elegancia, el estilo es eterno…
TL: ¿Con quién compartirías la cena de tus sueños?
LDF: Siempre con una persona querida. Mi familia. Mis amigos.
TL: ¿Esa crítica que, por ser verdad, más te ha dolido?
LDF: Encajo bien la crítica. Creo que siempre se puede aprender de ella. Aunque he de decirte que solo atiendo a la que me ayuda a crecer y a mejorar. La otra, la ignoro.
TL: Han sido muchas pero, ¿hay alguna pregunta que no te he hecho y te habría gustado responder?
LDF: Si creo en Dios. La respuesta es sí. Soy hombre de fe. Me da fortaleza y seguridad.