El vino de Poseidón
En la bahía de Plentzia cerca de Bilbao, existe una concesión de 500 metros cuadrados de Mar Cantábrico que alberga este “tesoro” submarino en forma de vino.
Al igual que otros hacen en Italia, Francia o Chile, en España también tenemos una bodega submarina. Se ubica en la bahía de Plentzia (Vizcaya) y se trata de la mayor del país, en la que una decena de productores están añejando su vino bajo el agua. El sobrecoste de producción en comparación con un vino terrestre puede oscilar entre el 25 y el 70%, pero el afán de diferenciación prima, sobre todo. Su nombre Crusoe Treasure.
Los empresarios invierten “pensando que no es una moda, sino una técnica que en el medio plazo puede resultar muy útil y aportar notas al vino que lo hagan más atractivo para el público“, apunta Rafael del Rey, director del Observatorio Español del Mercado del Vino. La ‘crianza‘ bajo el mar, con sus mareas, sus corrientes y su oleaje, puede llegar a ser “muy bestia“, lo que impone trabajar con “vinos muy robustos, con mucha estructura de taninos“, explica el enólogo jefe de Crusoe Treasure, Antonio Palacios y que explica en una entrevista a la APF de donde extraemos parte de este texto.
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Una bodega dispar
Al mismo tiempo, la empresa, que colabora con bodegas en distintos puntos de España, puede permitirse ensamblajes de distintas variedades de uva al no estar sometida a denominaciones de origen. Uno de sus vinos lleva por ejemplo un 85% de tempranillo y un 15% de maturana tinta de La Rioja.
La mayoría de los vinos pasa previamente por las barricas de las bodegas asociadas antes de ir a la botella, que se cierra con un tapón especial y un lacrado. De ahí va al mar, donde reposa entre seis y doce meses en jaulones metálicos, a 20 metros de profundidad.
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Una de las cosas que llama la atención, especialmente de los más escépticos, es que puedes comprar una botella envejecida bajo el mar y el mismo vino criado en bodega para poder apreciar las diferencias aportadas por el tridente de Neptuno.
Podríamos pensar que en España solo existe esta bodega, pero no. Son muchas las que dan importancia a esta práctica y que piensan que no solo es una moda pasajera sino que es y va a ser un nuevo método muy a tener en cuenta. Por los elaboradores y sobre todo, por los amantes del vino en todos sus formatos, los cuales, siempre están ávidos de probar nuevas cosas aunque lleguen desde el mar.